El rol de la mujer en la sociedad ha evolucionado a través del tiempo. A estas alturas, para nadie es una sorpresa ver a una mujer estudiando una carrera o liderando en su trabajo. Cada vez son menos las que se sienten identificadas sólo con la maternidad. Nos hemos ido liberando, probando otros roles en el mundo y demostrando que somos capaces de mucho más. Pero tampoco debemos olvidar cómo eran las mujeres de principios del siglo XX.
En ese entonces, el lugar de mujer era netamente en la casa. Sin embargo, dentro de ella, la cantidad de actividades que realizaba era muy diversa. Si alguien se enfermaba, era la doctora. Si era hora de comer, era la cocinera. Si se necesitaba arreglar la ropa, era la costurera. Si los niños requerían ayuda con los quehaceres, era una profesora. A eso le sumamos su calidad de mujer y de esposa. Es interesante rescatar que este rol no ha mutado. Esta relevancia de la mujer en el núcleo familiar se mantiene y aún hoy podemos ver como algunas optan por dedicarse a la familia, sin restarle importancia ni valor a su trabajo.
Socialmente, nuestra voz y opinión evoluciona y eso se lo debemos al derecho a sufragar. En Chile el voto femenino fue aprobado en 1935, para las elecciones municipales. 14 años después nos estaría permitido que votar en comicios presidenciales.
Es así como la misma mujer se ha ido abriendo paso en este mundo liderado por hombres. Hoy la mujer decide si quiere ser profesional, trabajar en una empresa, viajar por el mundo o hacerse cargo de su casa y de sus hijos a tiempo completo. Antes ellas no tenían el derecho de elegir, ni menos de dudar sobre su rol en la sociedad.
¿Qué harías si viviera en el siglo XX?