La muerte es parte de la vida, eso está más que claro. Sin embargo, sólo cuando fallece alguien querido es que realmente dimensionamos que eso también nos puede pasarnos. Desde chica me he tenido que acostumbrar a las pérdidas. Primero fue con mi joven abuela, cuando yo apenas tenia 6 años. Luego fue un querido amigo y - con apenas 2 días de diferencia -mis adorados bisabuelos. Cuando tenía 24, repentinamente murió mi papá. Apenas 2 años más tarde falleció otro amigo mío. Todas, muertes trágicas e inesperadas, a excepción de la de mis bisabuelitos, que ya eran viejos. Como familia somos tristemente expertos en la materia, y tengo que decir que he ido a más funerales que a matrimonios o bautizos.
Por eso es que sé que cuando muere un ser querido, la gente actúa de maneras extrañas, porque no sabe cómo lidiar con el tema. Uno de los típicos comportamientos es tratar de hacer como si nada ha pasado, hablando banalidades y tratando de evitar el tema, procurando no mencionar al fallecido.. Resulta que cuando uno pierde a un ser querido, lo único que quiere es hablar de esa persona y es triste no poder expresarte, aunque sea para terminar llorando. Más duele no mencionarlos que recordarlos, créanme.
Otra cosa muy típica que aconsejo no hacer es repetir frases cliché, tales como "ya pasará", "ahora es un angelito y está con Dios", "tienes toda una vida por delante", "tienes otros hijos/familia de que preocuparte", etc. Son frases que relativizan el dolor, no ayudan en nada e incluso pueden hacer sentir peor a quien las oye. Es mejor escuchar en silencio, abrazar, y si quieres decir algo, ser sincera. Decirle a esa persona que no puedes imaginar el dolor que siente demostrará más empatía.
Lo que puedes hacer por aquel que está recién pasando por el trauma de una pérdida, es ayudarle con los trámites pertinentes (velorio, misa, funeral, etc.) Antes y después del funeral incluso puedes ir a su casa, cocinar y hacer el aseo por él. Seguramente no querrá saber de quehaceres durante un buen tiempo, así que sé tú su apoyo en eso. Recuerda que un duelo puede durar varios meses, incluso un año o más. Si sobrepasa cierta cantidad de tiempo hay que poner ojo, ya que puede haberse transformado en un duelo patológico que requerirá de ayuda profesional.
Lo más importante es la comprensión. Una persona que pasa por un duelo necesitará estar con gente o estar sola, según su personalidad, y tú tendrás que estar alerta y tener tino. Pregúntale directamente si quiere que te quedes o prefiere estar sol@ un rato, y sobre todo, siempre escucha con paciencia. Quizás repetirá historias o anécdotas, o tal vez no quiera hablar. En ese caso no presiones, deja que poco a poco se vaya acostumbrando a la nueva situación, y poco a poco intenta llegar a su corazón prestándole tu apoyo. ¡Y la oreja!, que es lo que más necesitamos cuando nos damos cuenta de nuestra pérdida.
Cuando murió mi papá, un amigo me dijo "no te podía llamar, no sabía qué decirte" y le contesté "no hay nada que decir, con que me llames está bien". Al final, lo más importante es hacerse presente, y sentir el cariño de tu familia y amigos.