No creo ser una persona amargada, pero es que realmente hay gente que se va al chancho con las demostraciones de amor. A mi, que me gusta dejar mis cosas en el ámbito privado, ya que no necesito demostrarle a nadie nada. Me da vergüenza ajena como algunas parejas (especialmente las mujeres, hay que decirlo) vociferan su amor en redes sociales, cuando muchos sabemos que a puertas cerradas se llevan pésimo.
Lo peor es ver varias veces a la semana la misma foto, con las mismas caras, pero en distintos lugares, gritándose lo mucho que se aman, pero esperando ansiosos el "like" y el comentario "se ven tan lindos", "si se aman tanto" etc. He leído por ahí que estudios demuestran que es cierta la conocida frase "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces". Si no me creen, piensen en el tema del exceso de selfies: siempre se trata de gente con baja autoestima.
Pero volvamos a las parejas irritantes. Otro tipo de pareja que me descoloca son esos que se agarran a calugazos en la vía pública. Y si tienes la mala suerte de ir peligrosamente cerca de ellos, podrás escuchar los sonidos de los besos y el intercambio de fluidos. Esto puede arruinarme el día, ¿por qué no se buscan un motel, digo yo?. En el Parque Forestal, cercano a mi casa, lo veo a diario: parejas prácticamente copulando a plena luz del día, completamente ajenos a lo que pasa a su alrededor. Aquí probablemente el tema no es la falta de autoestima, sino mas bien la carencia de un lugar donde poder "pololear" tranquilos, sumado sin duda a la ausencia absoluta de pudor.
Seguro les ha pasado que tuvieron alguna amiga que era su "yunta", que las acompañaba en todas, en las compras, en los carretes, en la risa y el llanto. Pero resulta que esa amiga de pronto se puso a pololear y se alejó, como era de esperarse. Hasta aquí me dirán que es algo natural, y sí, por supuesto que es normal que se aleje un poco, sobre todo en los primeros meses en que el amor es perfecto, todo mariposas en la guata. Voy más allá: algunas de esas amigas nunca pasan de ese estado, llegando al punto de no despegarse nunca más de "su gordito". Le dices "amiga necesito verte" y llega con el gordito. Vamos aquí, vamos allá, y siempre con el gordito. ¿Pero cómo, acaso no entiendes que necesito tiempo a solas para contarte mis cosas? ¡Gordito no es mi amigo, y no te contaré delante de él que me salió un extraño grano, ni hablaré de mis aventuras amorosas delante de él!.
Y como bonus track, y aquí tal vez algunas me odiarán, pero no importa: ¿qué me dicen de aquellas amigas que han quedado embarazadas y se sacan esa -ya repetida hasta el infinito - foto de estudio de ella con sostén mostrando la guata, juntos en el bosque mirando hacia el infinito, mientras el padre le sostiene la panza? ¿O aquella del close up a la barriga, con el nombre de la guagua escrita con cubitos de juguete?. Junto a estas fotos no puede faltar la frase "felices los tres, esperando tu llegada Jaimito". Se me paran los pelos.
No es que me moleste la felicidad ajena, aunque reconozco que soy pudorosa con las demostraciones de cariño y con la falta de originalidad. Pienso que hay gente que no tiene remedio, y hay tanto que tolerar, que más vale reírse de estas situaciones y guardar el fierro golpeador de parejas felices para darle un uso menos bélico.