La partida de un ser querido nos destroza el corazón. Una tremenda frustración nos invade cuando vemos al moribundo en el lecho de hospital y el dolor nos desgarra por dentro cuando finalmente parte a un mejor destino. Luego queda el vacío. Nadie nos enseña a morir, pero tampoco aprendemos cómo llevar la muerte de alguien cercano. Cuando mi abuela agonizó y a mí me tocó pasar por esto, un amigo me habló de una rama de la psicología que podía ayudarme con mi dolor. La palabra "tanatología" al principio me pareció un poco siniestra, pero son precisamente esas asociaciones negativas hacia la muerte las que nos impiden reponernos. La tanatología es el estudio de la muerte y los mecanismos psicológicos que conllevan el luto y la aceptación. En esta ciencia encontré algunos preceptos que quiero compartirles, pues nunca se sabe cuándo alguna de nuestras lectoras podría estar pasando por algo similar:
1 − Identifica las etapas del dolor
Impacto, ira, depresión y aceptación. Incluso cuando el fallecimiento es anticipado, nos impacta cuando nos damos cuenta que efectivamente ocurrió. Nos mareamos y sentimos escalofríos. Luego pasamos a la ira. Ya sea contra nosotros mismos o alguien más: Dios, una enfermedad e incluso la persona que acabamos de perder. Cuando nada de esto funciona, nos deprimimos. Estamos abrumados por el nuevo rumbo que ha tomado la vida y la posibilidad de que jamás recuperemos la felicidad. Finalmente, comenzamos a aceptar la realidad y que la vida alrededor nuestro continúa. Comprendemos que a nuestro ser querido no lo estamos honrando con nuestro sufrimiento.
2− El sufrimiento nunca termina, sólo se apacigua
Pocas cosas se comparan al dolor de perder a un ser amado. Habrá situaciones en donde el dolor se reactiva de manera inevitable, como en el cumpleaños del ser querido, al ver una fotografía e incluso al pensar en un recuerdo entrañable que se haya compartido con esa persona. El sufrimiento no se considera disfuncional por la tanatología sólo si éste no se prolonga por más de dos semanas. Antes de ese período, el dolor es la forma natural y más saludable de sanar las heridas del alma. Si aquel que se fue hubieses sido tú, el dolor lo consumiría a ella/él del mismo modo que a ti. El significado de tu sufrimiento es precisamente que tú lo estás cargando por ella/él. Si lo miras de esta manera, la pregunta “¿por cuánto tiempo debo sentir esto?” empieza a carecer de significado.
3− Exteriorízalo
El primer consejo que me dio mi terapeuta fue: no te encierres dentro de tu cabeza. Debido a que soy una persona que debe sentirse productiva todo el tiempo, encontré útil escribir mis pensamientos, describir las cosas que olía, veía y comía. Por supuesto, esto lo hacía en un diario convencional, no en la computadora donde fácilmente podía distraerme con Internet. Dicho eso, probablemente muchas de ustedes sean como yo y necesiten mantenerse ocupadas, por lo que les aconsejo reunir todas las fotografías del ser querido y ponerlas en un álbum físico. Si se trataba de una persona de la tercera edad, probablemente haya muchísimas fotos que acomodar. Te recomiendo que escanees dos o tres de ellas y las subas a alguna de tus redes sociales.
4− Haz su obituario
Procura seguir manteniéndote ocupado en cosas relacionadas con el fallecido. Reúne toda la información oficial que haya quedado atrás, como certificados escolares, títulos universitarios, árbol genealógico, última voluntad, testamento, etc. Si la persona murió en casa, es necesario que llames a la policía para obtener un certificado de defunción. Consulta un abogado para que estés seguro que en efecto seguiste todos los pasos legalmente necesarios. Es necesario que tengas toda esta información en un solo lugar. Tus hijos y nietos te lo agradecerán.
5− ¿Cómo apoyo a mi pareja que está de luto?
La tanatología ha demostrado que el sufrimiento por un ser querido es paradójicamente único y al mismo tiempo el mismo para todos los individuos. Si tu pareja o amigo cercano está de luto, lo más recomendable no es preguntarle si necesita que hagas algo, sino simplemente hacerlo. Sé honesto y genuino con ella/él. “Mi más sentido pésame” es un cliché. Debes intentar ver dentro de tu pareja y darte cuenta de lo que está pensando y sintiendo. Pon tu mejor esfuerzo a la hora de trasladar esos sentimientos a tus palabras y acciones. Nadie está preparado para esto, pero sigue tu corazón, jamás te defraudará. La manera correcta de hacer las cosas no existe. Confía en el momento y ten mucha paciencia.
Ya que sabes cómo sobrellevar un poco mejor tu duelo, ten presente que la muerte es parte de la vida, y que la huella que esa persona dejó en tu corazón vivirá en ti y florecerá. Sólo date tiempo para vivir esta dolorosa etapa y, paso a paso, ir aminorando ese intenso dolor hasta que aceptes el hecho y aprendas a coexistir con los recuerdos.