Cuando hay muchas cosas que hacer, no siempre es sencillo mantener una vida saludable, especialmente en la época universitaria: tienes una hora libre entre clases para comer, quizás solo treinta minutos y todos los establecimientos de comida en 3 kilómetros a la redonda son de carne. Y bueno, normalmente esto no sería tan preocupante, pero como la dieta vegana es especialmente propensa a las deficiencias nutricionales, un par menos de proteínas, omega-3, hierro, zinc, calcio, vitaminas D o B12, y ya está, nos acarreamos un boom de problemas de salud.
Cocinar lleva su tiempo y, a menos que quieras pasar la licenciatura a base de papas fritas y barras de cereal -que también son ricos, pero no saludables para comer diariamente-, seguro te ayudará alguno de estos consejos 4 consejos para la vegana ocupada y saludable
Pregunta: Dentro de las cafeterías y establecimientos de comida es casi seguro que - si preguntas - habrá posibilidad de que te preparen algún platillo especial, desapareciendo el ingrediente no-friendly de esos baguettes o al sacar la caja con leche de almendras del fondo del almacén, para preparar el capuchino tempranero. Créeme, en algunos locales realmente te sorprenderás.
2. Sugiere: Si te parece que la opción número 1 no arrojará resultados positivos, o si ya la has probado y lo único que has recibido de parte de los dependientes son unos "no podemos hacer nada" y "no tenemos, lo siento", quizá es momento de cambiar la estrategia y comenzar a sugerir el cambio. Algunas veces, los dependientes no son fan de lo vegetariano y es bastante complicado para ellos proponer combinaciones que no sean frutas. No obstante, si somos un poco más perspicaces, notaremos que la mayoría de los alimentos que acompañan los platillos principales no incluyen carne. ¿Alguna idea? ¡Bingo! Una orden de puré de papas, verduras al vapor y aderezos varios, podría ser tu vuelta al paraíso.
3 Toma un buen desayuno: Si estás decidida a obtener la licenciatura sin perder la salud en el proceso, por ningún motivo olvides el desayuno. Ya es un tanto difícil comer fuera de casa una vez al día, pero dos, ¡vaya!. Necesitarás suerte, así que asegúrate de tener un buen desayuno, provisto de todos los nutrientes que puedas, y haz de ello un hábito.
4. Anticipa: Si pese a mis excelentes consejos de supervivencia alimenticia, el hambre te encuentra en algún momento, lo mejor será hacer uso de la reserva en el bolso. Semillas de girasol, sésamo, nueces y almendras son excelentes fuentes de zinc. Además, son imprescindibles para el buen funcionamiento de los órganos sexuales. El chocolate oscuro, en tanto, previene las enfermedades del corazón y mejora el estado de ánimo. Tampoco dejes de comer frutas, aunque luego te acusen de tener aura hippie.
Finalmente, siempre existe la poco deseada y amarga opción de hacer la comida en casa (si te es posible encontrar los utensilios debajo de la cama o en el baño; ¡vaya, nunca nos queda tiempo para ordenar nuestro querido hogar!). ¿Se te ocurre alguna otra idea? Cuéntanos, será un verdadero placer leerte.