Toda relación pasa por altos y bajos. Al comienzo todo es idílico; el amor fluye, son pasionales, se demuestran lo que sienten a cada momento. No hay un instante de sus vidas en que no sean cariñosos y dedicados el uno al otro. Lamentablemente, una vez que el vínculo se va consolidando y se conocen mejor, naturalmente la pareja se desgasta. El encanto que existía disminuye: ya no son atentos, se les olvidan los aniversarios, cumpleaños y toda celebración importante. La disposición amorosa o sexual - ya sea por la rutina o el cansancio físico, - también decae.
Se dice que son las mujeres las que siempre se quejan al momento de intimar con la pareja: dan excusas como que hay que cuidar a los niños, que les duele la cabeza, que están cansadas o preocupadas de otras cosas. Pero debemos tener presente que los hombres también sufren, igual que las mujeres, y tienen sus razones; pueden sentirse deprimidos, cansados por exceso de trabajo, aburridos, poco atractivos y sin poder de seducción. Lo peor es cuando ya no hay química.
Sin embargo, el hecho de que el hombre no muestre interés en el sexo no quiere decir que no tenga deseos. Es difícil para la mujer el sentirse rechazada por el género que se supone quiere intimar todo el día, pero hay que considerar la posibilidad de que sea un mal biológico. Es sabido que los hombres, a diferencia de las mujeres, tienen una vida sexual que decae en su etapa adulta (impotencia o menopausia masculina), a diferencia de las féminas, cuya líbido que se incrementa en la madurez.
Otra causa puede ser la falta de apetito sexual, debido a que la mujer no está seduciendo a su pareja como corresponde. Entre los males de una sociedad machista no sólo se cuentan la violencia o la desigualdad, sino también el desequilibrio en los roles. En otras palabras, se le carga todo el peso sexual al hombre, pues se supone que es él quien debe dar el primer paso en la cama. ¡Pero no!: la mujer también debe arriesgarse, sorprender con alguna ropa sexy, probar nuevas posiciones o técnicas sexuales.
Si bien no todo es color de rosa en una relación de pareja y el problema tal vez es que uno de los dos no está haciendo las cosas bien, siempre se está a tiempo de salvar la relación. Para ello, sólo debes agendar un momento de tu vida y asombrar a la persona que amas, seduciéndolo de la forma menos común posible. Estar en pareja no es excusa; por el contrario, es una oportunidad de renovarse constantemente con quien más quieres.