Podemos pasar un buen tiempo solas o estar rodeadas de amigos que nos quieren con papas fritas, pero si nadie nos mueve el piso no hay mucho qué hacer. Sin embargo cuando llega un bombón 'especial', queremos a cómo dé lugar llegar a su corazón y estar con él.
El problema es cuando recién lo venimos conociendo y tenemos muchas expectativas sobre su persona. Hemos salido una sola vez con el personaje y ya juramos que es el amor de nuestra vida, que es dulce, amable, nunca nos hará daño ni jugará con nosotras. En el fondo terminamos idealizándolo.
¡No! pésimo, es lo peor que podemos hacer, ya que nadie es perfecto ni el príncipe azul de los cuentos de hadas que escuchábamos cuando niñas. Es imposible que con una sola salida estemos convencidas de que es el mejor hombre del mundo y que pasaremos toda la vida a su lado.
Lo mejor es conocer al otro en todas sus facetas, con sus defectos y virtudes, en las buenas y en las malas. Saber de su historia, sus gustos, su familia y sus relaciones anteriores. Si no hay comunicación y sólo nos dedicamos a unos besos locos y mirarlo como bobas todo el rato, no podremos saber más de su vida a fondo.
Y claro, de esta forma terminamos por pasarnos los mil rollos, no vemos con claridad y creemos lo que queremos o nos conviene creer, lo cual se nos puede derrumbar de un momento a otro. Además, para él también puede terminar siendo muy incómodo que pensemos que es una persona opuesta a lo que realmente es y terminará perdiendo el interés.
¿Se imaginan la segunda cita termina en todo un fracaso y aquel príncipe que añorábamos que fuera, es realmente un sapo? Por eso debemos tener ojo con idealizar a alguien, ya que podemos llevarnos una gran decepción y la relación que teníamos en mente pasará a la historia como un suspiro.
Por eso amigas, antes de pasarse películas y estar todas las noches soñando con lo que pueda pasar con aquel bombón, mejor tener los pies bien puestos en la tierra. Hay que conocer el terreno que estamos pisando y cuáles son las probabilidades 'reales' de iniciar una relación adulta con ese galán. ¡Mejor decepcionarse de una a estar siempre sufriendo por un imposible!