Jardinear es muy positivo, ya que contribuye al bienestar personal y a la salud mental. Requiere muy pocos elementos y los beneficios son muchos. Puede mostrarte otra faceta de ti misma; no tiene horario fijo, te hace salir de tu actividad común y te relaciona con la tierra. Ver las plantas, regar, fabricar compost, es gratificante. Puedes cultivar flores, hortalizas, hierbas medicinales como la menta y otras.
Hacer jardines también te permite mejorar los lugares exteriores de la casa, reutilizando espacios vacíos. Preparas el terreno; lo limpias de malezas, mulles la tierra, mezclas tierra de hoja y compost (formado por los desechos orgánicos de tus comidas). Además no sólo aprovechas espacios libres sino que también te beneficias al obtener tu propio alimento, como apios, espinacas, albahacas y otras, con los que también prepararás batidos que desintoxiquen tu organismo.
Tendrás que tener paciencia y esperar para que lo que sembraste, después de un tiempo empiece a brotar. Cada planta tiene su ritmo natural; es una experiencia muy agradable, ver la tierra vacía, el transcurso de los días y como de pronto una mañana surge una pequeña planta, que va creciendo y fortaleciéndose más cada día. La satisfacción que esto provoca te aliviará del estrés diario y te hará sentir orgullo del fruto de tu cuidado, atención y dedicación. ¡Descubre en la jardinería tu capacidad de lograr cosas increíbles!