¿Se han dado cuenta de que la cesantía con el tiempo tiende a convertirse en un virus mental? Casi como una plaga que llega a nuestras vidas para encargarse de que nos frustremos ante las horas y días que pasan sin que consigamos una nueva oportunidad. Al principio es agradable tener tiempo para descansar y dormir por todo lo que trabajando no podíamos, o estar en casa todo el día en pijama, ponerse al día con Netflix, hacer lo que te gusta, pasear en bicicleta, intentar cocinar algo fuera de lo normal, etc. Pero claro, el tiempo pasa y el bolsillo empequeñece, lo que causa que nazca el estrés en la búsqueda, reclamar contra el mundo o simplemente: "irnos para adentro". Y eso es casi lo peor que hacemos (después de no hacer nada).
El estrés es natural: todas tenemos nuestras cuentas y preocupaciones, pero quizás si vemos el tema de la cesantía de otra forma, podemos pasar de mejor manera el proceso y entender qué queremos desarrollar en la siguiente etapa y cómo podemos mejorar, independiente del motivo de despido o renuncia. Quizás el ambiente laboral nos estaba comiendo o bien, no estábamos situadas en lo que realmente nos haría crecer. Pueden ser un montón de cosas, lo importante es detectar aquella situación positiva de cada escenario. Empezar con el pie izquierdo nunca es bueno y si ocupamos bien el tiempo puede que ni notemos cuando ya estemos de nuevo detrás de un escritorio o lo que sea.
En mi caso, he estado en dos oportunidades sin pega desde que me titulé y la verdad es que la segunda vez lo tomé mucho mejor que la primera. Esto es lo que aprendí:
1- Disfruta tu tiempo libre: la primera semana trata de que sea zen. No te estreses, descansa, duerme, reflexiona, disfruta, sal de tu casa, lo que tú quieras.
2- La búsqueda: no es necesario estar pegada 24/7 a tu computador; tómate una o dos horas diarias. Es importante que según tu rubro te unas a los grupos y páginas respectivas. LinkedIn es una super buena herramienta para encontrar datos y conocer gente de tu perfil, úsala, actualízala. Lo mismo con tu CV: revisa que esté bien la ortografía, piensa la estructura. Ten un buen portafolio y recuerda incluir una presentación acerca de ti cuando envíes tus antecedentes a alguna empresa. No es llegar y decir "Hola, adjunto CV, saludos". Hay que ponerle un poquito de salsa a la cosa. En las entrevistas, intenta ser honesta y desenvolverte bien, dar a conocer qué esperas y qué recibirán ellos al tenerte.
3-Si te dicen que no, a otra cosa: hay que saber tener tolerancia en este proceso. De repente puede suceder que tarden en responder a tus mails o que te llamen a una entrevista y te prometan avisar el resultado, pero no te impresiones si no lo cumplen; eso pasa más de lo que nos gustaría. Cuando estés realmente interesada, procura demostrarlo. Eso ayuda.
4- Busca algo "freelance": es bueno tener la mente ocupada. Entre el tiempo que utilizas para la búsqueda y para "recreación", es probable que te queden varias horas colgadas en el día. En lo personal, siempre intento estar pendiente de datos que me sirvan para no desconectarme de lo mío. Es un buen incentivo para recaudar un poco de plata que ayude a cubrir parte de tus gastos.
5- Cursos online: existen un montón de páginas en las cuales se dictan cursos gratis y al finalizarlos obtienes certificados. Por ejemplo, Google tiene cursos online de Marketing (entre otros).
6- Busca un buen libro: de lo que sea, algo para distraer la mente o para aprender. La idea es que equilibres tus actividades y así puedas llevar una vida fuera de la monotonía y la frustración.
Tratar de ver que la cesantía es una oportunidad para encontrar algo mejor desde lo laboral hasta el ambiente de trabajo, es la mejor mentalidad. Puede que tome un tiempo, puede que no te respondan, que no te llamen, o que te ofrezcan algo que no está acorde a tus expectativas, etc. Pero hay que darle siempre para adelante, explotar lo mejor de una para poder seguir avanzando y por sobre todo, no dejar que te pasen por encima. Sácate partido.