Querida amiga, hoy voy a comentarte acerca de un tema de salud que en mis años de vida profesional he tenido que atender de forma muy frecuente. Se trata de una afección que produce gran desconcierto y vergüenza en quienes la padecen: la depresión postparto.
Esta enfermedad afecta al 10% de las nuevas madres y suele presentarse desde el primer día de postparto, siendo habitualmente detectada a los 2 o 3 meses. Puede tener una severidad importante, que amenace tanto la integridad de la madre como del recién nacido o llevar a consecuencias en el desarrollo de un buen apego. Por eso, hoy responderé para ti algunas de las preguntas más frecuentes respecto a este complejo tema:
1. ¿Te has sentido triste y sin ganas de hacer cosas durante tu embarazo? Existe un cambio anímico esperable tanto en el embarazo - desde su primer trimestre - hasta el periodo postparto (conocido como puerperio, que dura hasta los seis meses). Durante la gestación existen momentos de irritabilidad, angustia y tristeza pero también alegrías. En el postparto - también por un componente hormonal asociado - puede existir un primer periodo breve de tristeza, desencanto y desgano con hacer cosas en general. Esto se conoce en la literatura norteamericana como "blue" (de azul, que implica sensación de bajón). Pues bien, debo decirte que normalmente estos periodos son breves y no duran más allá de 7 días. Si ves que tienes 2 o más semanas continuas de una sensación así, podrías estar frente a los síntomas de una depresión.
2. ¿Nació tu bebé sin dificultades y te sientes triste? Está muy arraigada en nuestra sociedad y los medios la idea de que todo embarazo debe ser perfecto. Que la madre siempre debe estar feliz, sonriente y todo es de color rosa. Esto se aleja bastante de la realidad, ya que la madre pasa por periodos de angustia, de tristeza e incluso de sentirse incapaz de cuidar a su bebé. Estos síntomas deben ser evaluados, para ver si son parte del proceso natural anímico de la madre o si está cursando un trastorno anímico como la depresión.
3. ¿Cuáles son los signos de alarma? Desde el punto de vista médico y psicológico, el embarazo y postparto presentan varios signos que nos hacen pensar en el riesgo de tener depresión. Durante la gestación, el insomnio crónico, las pesadillas frecuentes con el bebé, no lograr conectarse con él, angustia intensa, ser adolescente, vivir un duelo reciente, los cambios en la alimentación, variaciones en el peso, bajo niveles de satisfacción corporal o procesos de embarazo con alto riesgo obstétrico nos tienen que hacer poner ojo. Después del parto, ideas extrañas - como "ese bebé no es mío", o "yo no soy mamá" - indican patologías graves, no necesariamente depresión. Sin embargo, el rechazo a alimentar o calmar al bebé, el llanto sostenido, insomnio por razones que no obedezcan a la lactancia, poca expresión emocional y la falta de una red de apoyo también son signos de alarma. Estos factores estarán unidos a sensaciones de tristeza, angustia y desgano.
4. Si detectas varios de estos síntomas, ¿qué debes hacer? Lo primero es entender que no eres la única. Que esto le ocurre a más del 10% de las mujeres que están viviendo lo mismo que tú. Lo segundo es desahogarte con tus más cercanos. Atrévete a decirles: "no me siento bien" o "me está costando esto". Junto a una persona de tu familia - la que tú escojas como confidente - ya podrás empezar a mejorar tu malestar. Consulta a un médico o a un psicólogo y cuéntale sin filtro lo que estás sintiendo. Si se trata de una depresión, hay que tratarla. Es una enfermedad que así como se inicia, se termina normalmente con un buen pronóstico.
5. ¿En qué consiste el tratamiento? Hoy en día, las últimas recomendaciones clínicas indican que durante el embarazo no es factible usar antidepresivos sin riesgos para el bebé. Por eso, un médico especialista debe analizar caso a caso los riesgos y beneficios de medicarte. Esto, debido a que la depresión es una enfermedad que también produce riesgos en el bebé si no es tratada o es muy grave. En esos casos, se puede usar tratamiento farmacológico considerando sus riesgos respecto a sus beneficios. Consulta a tu médico respecto a cuáles son tus alternativas. Sin embargo, no todo en la vida son fármacos. Un buen apoyo familiar, llevar hábitos saludables, una consulta psicológica o una buena psicoterapia pueden mejorar en gran medida los síntomas depresivos.
6. No he parado de llorar y todos me dicen que le hago daño a mi hijo/a con esto. ¿Qué hago? Lo primero es saber que esto es un mito. Familiar y socialmente se dice que si lloras el bebé recibe un daño, pero no es así. Lo que se ha visto es que mostrar distintas emociones frente a un niño no afecta su desarrollo. Llorar, expresar angustia y alegría te permite modelar el cerebro del bebé, a fin de que reconozca que existen distintas emociones. Si le haces caso al resto y "te guardas las emociones", irás aumentando en ti una hormona del estrés conocida como cortisol, que también actúa en el útero y puede alterar al bebé. Es decir, desahogarte no le hace daño, pero reprimirte sí. Por lo tanto, tienes permiso para avisarle a todos que hoy andas llorona, triste, sensible o con rabia.
7. ¿Sirven las técnicas de relajación si tengo depresión postparto? Sí, sirven. Ayudan a disminuir la angustia, conectarte y desahogar tus emociones, manteniendo una vida más equilibrada. La lactancia se hace más agradable y tanto el estado emocional como el apego mejoran. Aprende algunas técnicas de respiración e imaginería y aplícalas. Escuchar un compilado de música agradable para momentos de tristeza también ayuda.
8. ¿Cómo afecta la depresión postparto al bebé? Se dice que una madre deprimida es una madre "hiporresponsiva". Es decir, que no interactúa mucho ni responde mucho a las señales que manda su bebé (como el hambre, aburrimiento, contención, etc). Entonces, del punto de vista del apego, es importante hacer una evaluación relacional para observar si tu cuadro depresivo está influyendo en el desarrollo del bebé. De ser así, se puede apoyar mejorando las capacidades de la madre para interactuar con su hijo, jugar con él, responder a sus señales, aprender a calmarlo sin angustia cuando llora, etc. Este trabajo lo realizan los psicólogos y psiquiatras especializados en apego. Además . por supuesto - de ir tratando a la madre por su depresión.
Espero que este resumen de aspectos fundamentales de esta afección responda varias de tus preguntas frecuentes. Recuerda consultar a un médico, a tu matrona o a un psicólogo si estás viviendo algo así. Tus síntomas podrían corresponder a un periodo depresivo del cual se puede sobrevivir. ¡Sólo pide ayuda!