El desamor produce tristeza y sin embargo, el paso del tiempo alivia esas heridas que en un primer momento tienen sabor tan amargo. Un desamor no es un estado definitivo, sino un punto en el camino. Y este momento de introspección te ayudará a conocerte de verdad. ¿Cómo superar el sufrimiento inicial?
1. Convéncete de que puedes ser feliz incluso en situaciones de dolor y adversidad. Es decir, no necesitas que todas las piezas del puzzle de tu existencia ajusten a la perfección para poder apreciar la belleza de la vida.
2. Vive con más tranquilidad y fomenta el valor de la contemplación. Por ejemplo, observa el infinito del cielo estrellado, contempla los tonos de la naturaleza, mira a tu alrededor y aprecia la belleza del entorno del mundo. Por gris que sea el desamor, no tiene tanta fuerza como para eclipsar la fuerza cromática de tu firmamento personal.
3. Llora si lo necesitas. Expresa el malestar emocional a través de las lágrimas que sanan tus heridas internas.
4. Ten fe en la vida. Es normal que en un desamor sientas dolor por lo que has perdido; sin embargo, abre tus manos con fe porque van a llegar otros regalos. Por ejemplo, nuevas amistades. Estate atenta para aprovechar las oportunidades de suerte.
5. No te conviertas en víctima de un sufrimiento que tiene principio y final. No lo eternices con el drama. Tú eres protagonista de tu vida. Compórtate como tal.
6. Escucha más música. Dedica tiempo a descubrir nuevos géneros y estilos musicales. No te encierres en esas melodías que siguen un esquema previsible de letra triste y nostálgica.
7. Busca ocupaciones que te ilusionen. Y supera el vértigo ante el síndrome de la tristeza del domingo por la tarde. Este día puede ser un verdadero regalo si te lo tomas como un descanso previo al inicio de una nueva jornada.
8. El trabajo es una saludable distracción para concentrarte en temas profesionales a corto plazo, en lugar de poner tanto la lupa en esos aspectos que te hacen sufrir.
9. Disfruta del cine y de las comedias románticas. Sumérgete en ese espíritu de idealización del amor. Pero hazlo fomentando tu auto-crítica como espectadora. Es decir, recuerda que el cine no es la vida.
10. No dejes que tu vida se paralice en el recuerdo de aquello que pudo ser y no fue. Pasa página, avanza despacio y con fuerza hacia tu verdadera realización.
Y tú, ¿cómo has superado el duelo por un quiebre? ¡Cuéntanos!
Colaboración enviada por Maite Nicuesa