Dentro de la fauna de amistades que puedes tener, existe un espécimen en particular que me ha fascinado: lo/as profesores. Lento y sin prisa, mis mejores amigas de la universidad se convirtieron en miembros de este sector humano cuyas características encuentro simplemente encantadoras. Tal vez es porque provengo de una familia conformada principalmente por docentes, o tal vez porque ellas son particularmente buenos seres humanos; la razón que hoy me convoca no es hacer un homenaje a su ardua labor, sino más bien averiguar si soy la única que nota estos peculiares rasgos.
Por ello, he pensado en este mini-listado que espero nos recuerde a todos lo fantástico que se oculta tras tener a alguien tan apasionado por su vocación como un best friend forever:
1. "Igual a lo que pasó hoy en clase": el aula se convierte en un microcosmos que encierra acciones casi idénticas a las del mundo exterior. Esto significa que una sala de clases es como una telenovela y tu amiga se la sabe de memoria porque ve sus rostros 5 días a la semana durante 10 meses, razón por la cual no es de extrañarse que tu camiseta le recuerde a "esa que usó Pedrito el otro día y le dije que debía sacársela o llamaría a sus papás". Va a pasar un momento en el que tenga un paralelo para todo lo que sucede en tu vida con lo que sus estudiantes experimentan dentro de las cuatro paredes de su salón. A acostumbrarse.
2. Una montaña de papeles parlante: tu amiga siempre ha estado ahí cuando las cosas se ponen densas. No lo culpes si trae consigo un poco de trabajo. Y por "un poco" nos referimos a una pila de pruebas que debe corregir para mañana y que, para tu desdicha y su suerte, son todas de selección múltiple. Esto significa que no requieren de más sabiduría que la pauta de evaluación que tu partner ya tiene lista. Tú sólo preocúpate de contar las buenas y las malas al final, que ya podrán discutir sobre tu ruptura amorosa mientras chequean qué tan bien quedaron encerradas las respuestas.
3. Una lección de vida: formar adolescentes ha hecho que tu camarada se vuelva más sabia y, por ende, su lado pedagógico va a aflorar. Sí, en algún punto te hablará como si fueses su pupilo y hará la comparación en la que tú ocupas el lugar de un ser pasando por la pubertad y él o ella estará hablándote desde el alto pedestal que ocupa quien ha tenido que lidiar con un mar de hormonas multiplicado por cien.
4. Lo siento, no eres tan original: acabas de cometer un acto que para ti es una transgresión al orden que tiene tu vida. La llamas para contárselo y de pronto descubres que Jaimito, el alumno de quinto, hizo lo mismo el año pasado en la Sala de Profesores. Así es, no sólo no le parece tan espectacular, sino que ya te ganó un niño de 13 (asumamos que ha repetido varios años por mala conducta); pero hey: un 7 por esforzarte en que comparta tu sensación de rebeldía y amor por el escándalo.
5. Un grano de arena: probablemente tus problemas sean muy importantes para tu compinche de aventuras, después de todo, por algo se tienen cariño. Pero si hay una certeza es que el 70% de las cosas que te pasan jamás superarán las locuras que ella experimenta al trabajar todos los días en una habitación con 30 o más seres humanos en desarrollo. Es decir, deberás competir con problemas de personas que están "en formación" y que, por lo tanto, cometen actos que a veces rayan en la dramaturgia como lo son el embarazo adolescente, las peleas por amor púber, primeras incursiones en sexo y alcohol, además de otras que harán que tu BFF gane un best seller si se decide a publicarlas. Un grano de arena en medio de la playa: eso es tu mal día en el trabajo o tu discusión con la señora del supermercado. Lo sentimos.
¿Te sonó alguna campana? Si no, deberías tomar nota. Tal vez este artículo entre también en el examen.