El sentirnos a gusto con lo que usamos va más allá de las prendas que escogemos; tiene más bien relación con aprender a aceptarnos física y emocionalmente. Ser capaces de lucir en nuestra figura un atuendo que nos permita sentirnos cómodas, seguras, felices y dispuestas a disfrutar todo el verano.
No importa si al momento de escoger un traje de baño tenemos uno, dos o más kilitos extra. Lo fundamental es comprender que todo es cuestión de actitud, aunque suene cliché, y que lo primordial es la energía que proyectamos al estar en un lugar. Permanecer cohibida, incómoda o avergonzada se nota y el error que muchas veces cometemos es centrar toda nuestra atención en adelgazar, sin preocuparnos del modelo, color o diseño que estamos llevando.
Toda mujer debería conocerse lo suficiente para tener claro cuáles son los colores que le sientan, como también si luce mejor con estampados floreados, a rayas, lisos, bikini o traje de baño entero. Cuando combinamos todos estos puntos, el uso de traje de baño se vuelve un todo, desviando la atención de si tienes un rollito o algo de peso extra. Si te sientes bien y proyectas una actitud radiante, los pequeños detalles pasarán inadvertidos.
No te desanimes si tu figura no es perfecta según tus “cánones de belleza”; más bien centra tu atención en explotar los atributos que posees y en sentirte orgullosa de lucir el traje de baño que mejor complementa tu estilo, te hace lucir increíble y te permite disfrutar del sol sin culpas ni pudor. Porque si en algo debemos estar de acuerdo, es en que no existe nada más rico que correr a la orilla del mar o nadar libremente, conscientes de que todo estará en su lugar, asegurado por un lindo diseño pensado para evitar cualquier tipo de “trágame tierra”.
Recuerda que en otros países las mujeres se pasean felices y seguras en bikinis, sin importar si se ven gordas o flacas, si tienen celulitis o piel de naranja. Ellas tienen claro que se sienten bien y que la razón fundamental por la que escogemos un traje de baño es simplemente disfrutar un día soleado, para conectarnos con la energía y renovación impagable que nos brinda el mar.