Imagina un hermoso lugar: el clima perfecto, sin gritos, ni celulares sonando. Si ya quieres estar ahí, es señal inequívoca de que necesitas un día de spa: un tremendo relajo de espíritu, alma y cuerpo.
Somos un ser tripartito, es decir, es el conjunto de nuestro cuerpo, alma y espíritu lo que nos hace quienes somos, por eso es normal que aún nos sintamos cansadas luego de horas de sueño o que ese peso en la espalda permanezca aunque nos hagan un rico masaje.
Nuestra alma se manifiesta a través de las disconformidades que expresa nuestro cuerpo: dolores de cabeza, temblores involuntarios, opresión el pecho, entre otros; mientras que el espíritu se muestra alterado por medio de la sensación de tristeza, pesadillas, sustos repentinos o malos recuerdos. Aunque nos parezcan conceptos poco tangibles, existen mecanismos por los cuales puedes acceder a una desintoxicación y qué mejor si es en un día de spa.
Terapias de sueño: recomendada para el cansancio físico y también emocional, las terapias del sueño no sólo te hacen dormir; existen lugares donde puedes ser guiada a través de este estado para resolver conflictos internos e incluso descubrir aspecto de tu vida o de la de quienes amas que están dañados. La dulce voz de un experto te inducirá en un placentero descanso que te llevará al lugar en que tu ser interior desea expresarse. Una experiencia única y personal.
Alineación de chacras: todo cuando se mueve es impulsado por energía. En nuestro caso, estos puntos energéticos son llamados “chacras”. Para que éstos funcionen de la manera correcta, debemos regularles eliminando bloqueos, lo que traerá como resultado un renuevo interno que se expresará al exterior. Estas técnicas no son propiamente místicas, sino una mezcla física eficaz.
Meditación: ésta sin duda es la mejor recomendación, aplicable para cada día, a bajo costo y con resultados altamente comprobables. La meditación nos lleva a un estado de semi trance, donde nos podemos encontrar con nosotras mismos y auto-inspeccionar la razón de nuestras angustias, acercándonos a la resolución de conflictos y al descanso mental.
Aromaterapia: el olfato es el acceso preciso a nuestros recuerdos, sensaciones y emociones; nos lleva al pasado, sea éste reconfortante o no. Esta terapia busca exteriorizar las inquietudes de tu ser. Los que la han experimentados han llegado a reencontrarse con parientes en sus recuerdos, revivir sus exquisitas vacaciones o mejorar problemas alimenticios, jaquecas, entre otros.
Terapias de liberación: si eres de las que gustan de la acción, esto es ideal para ti. Una de las mejores formas de “vaciarnos” de tanto estrés, es hacer actividades que liberen la angustia o el exceso de energía negativa. Para ello, existen lugares donde puedes subir cerros, golpear cosas, hacer saltos de altura o rafting. Esto permitirá una renovación y te llenará de nuevos ánimos, además de aportarte una visión más optimista.
Ya lo sabes: un día de spa no debe ser siempre entre velas y agua. Cada una de nosotras necesita cosas diferentes, opta por alguna de ellas y cuéntanos tu experiencia.