Los vestidos de noche largos son prendas que solemos asociar a matrimonios, graduaciones o cualquier tipo de festejo de fin de año. Lo cierto es que no los usamos con regularidad. ¡Grave error!, ya que es una vestimenta más versátil de lo que se piensa y el atuendo perfecto para lucir en cualquier ocasión sí se saben cómo combinar.
Muchas preferimos los vestidos cortos porque pensamos que uno más largo no nos quedará bien, ya sea por poseer poca estatura o tener unos kilitos de más. Pensamientos erróneos, que sólo nos han alejado de esta prenda, llevándonos a asociar su uso casi exclusivamente a personas que gozan de gran porte o figura estilizada. Es de suma importancia ir derribando mitos que ayuden a entender que las mujeres bajas igual podemos usar vestidos de noche largos si los usamos con zapatos de tacón, que nos proporcionen un poco más de altura.
Entonces, teniendo claro que podemos elegir este outfit, también debemos comprender que éste puede llevarse en muchas ocasiones y no con suerte una sola vez. Por ejemplo, si lo combinas con un blazer y unos mocasines (o zapatillas blancas, muy de moda) podrías ir perfectamente a una reunión de trabajo o a una junta de amigas de un jueves por la tarde. ¡Te verás casual, femenina y muy chic!
Durante los últimos días del 2015 hubo un boom en todas partes del mundo por lucir vestidos de noche largos con zapatillas en celebraciones tales como Navidad o Año Nuevo. Esta tendencia se mantuvo por todo el 2016 en vitrinas y blogs de moda y estilos, realzando la versatilidad de los zapatos urbanos junto al “long dress”, que antes sólo usábamos con sandalias o calzado taco aguja.
Por suerte, hoy el abanico de posibilidades es más amplio. En cualquier momento podemos sacar el vestido del closet, para combinarlo con botas, bucaneras o botines con plataforma. El resultado será un estilo relajado, mucho más despreocupado que un look de gala, que puede seguir urbanizándose de combinarlo con una chaqueta de cuero o denim.
Recuerda siempre que la moda es atreverse a jugar, mezclar y lucir. Por ello, debemos tratar de no encasillar las prendas y aprovecharlas al máximo en cada ocasión, tomando en cuenta que las bodas o celebraciones de etiqueta ocurren, con fortuna, una vez al año... ¡pero hay momentos para compartir los 30 días de cada mes!.
Atrévete a hurgar en tu closet para lucir con mayor frecuencia tus vestidos de noche largos.