Las peleas con amigos son el dolor más grande que siente el ser humano, por lo tanto, lo ideal es resolver el problema de manera rápida y volver a una vida llena de paz. Justamente, la solución más viable es el perdón, el cual se puede transformar en algo divino.
Existen tres palabras mágicas que transforman al mundo en un sitio mejor: gracias, por favor y perdón. Si todos los humanos son capaces de usarlas a diario, podrán construir un lugar donde la comunión y la paz reinen de manera amena.
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, en su ensayo Malestar en la Cultura publicado en 1930, afirma que uno de los dolores más significativos que tiene el ser humano es, justamente, la relación conflictiva con el otro, pues es difícil de tolerar e incluso supera el dolor físico. De este modo, asegura que “el sufrimiento nos amenaza por tres lados: desde el propio cuerpo que, condenado a la decadencia y a la aniquilación ni siquiera puede prescindir de los signos de alarma que representan el dolor y la angustia; del mundo exterior, capaz de encarnizarse en nosotros con fuerzas destructoras omnipotentes e implacables; por fin, de las relaciones con otros seres humanos.”
Sin embargo, no aconseja para nada recluirse en una montaña para aislarse totalmente de la sociedad, porque tampoco será capaz de alcanzar la felicidad. En este sentido, es vital encontrar los mecanismos para que la psiquis humana pueda aprender a vivir de una manera amena, con otro diferente, en cuando a deseos, necesidades y pensamientos.
De este modo, suponer que no estamos solos en el mundo es una concepción un poco difícil de decodificar en su verdadera esencia. Precisamente, todos sabemos que hay gente a nuestro alrededor conviviendo en el mismo mundo, pero lo verdaderamente importante es poder comprender en si misma dicha concepción.
Precisamente, allá afuera hay otro que tiene una perspectiva del mundo completamente diferente, por lo tanto, es indispensable saber que puede diferir en absoluto con la idea preconcebida que se tienen de ciertas cuestiones de la vida. Lo ideal antes de enojarse por las diferencias, es saber escuchar al otro y su punto de vista con respecto a un tema en particular. De esta manera, se puede llegar a un cambio de parecer porque el postulado que presenta tiene sentido y además resulta ser mejor que la idea que uno tenía al respecto.
¿Qué hacer frente a una pelea con un ser querido?
Tal como se expresó anteriormente, lo más conveniente es arreglar las diferencias que se tienen con el otro mediante del perdón. Para llevarlo a cabo, lo más recomendable es realizar una conversación amena y evitar que se genere el enojo que se pudo llegar a sentir en algún momento. Ciertamente, interactuar con el otro no resulta ser algo sencillo, sin embargo, vale la pena intentarlo.
No obstante, si ambas partes son temperamentales, lo mejor es que esperen un tiempo antes de que se establezca contacto. Comenzar un diálogo abierto y sincero es una de las cosas más importantes para llegar a buen puerto.
Las diferencias son siempre notables, sin embargo, esto no quiere decir que sean irreconocibles. Asimismo, es válido destacar que lo más importante es el deseo de reconciliarse, así, será más fácil de llevar a cabo y la historia se convertirá en un mal recuerdo y quedará en el pasado. Es entonces cuando el perdón se convierte en algo divino y otorga la ayuda que se necesita para convivir con el otro, sin que signifique heridas incurables.
Practicar el perdón hacia los seres queridos es un buen ejercicio para llevar a cabo en todos los aspectos de la vida. El perdón es la mejor manera de relacionarse socialmente, por lo tanto, siempre es conveniente considerarlo como primera opción.