Artículos de autodefensa para mujeres

Cecilia Ananías Jul 7, 2014
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Debo admitir que yo paso demasiadas horas al día caminando sola. Es inevitable porque trabajo, voy a clases de danza árabe, me gusta ir a ver a mis amigos y siempre ando metida en mil proyectos. Todo esto - sumado a que vivo lejos -, hace que siempre termine tomando transporte público a las tantas de la noche, sin compañía. No dimensioné el peligro de esto, porque siempre he sido muy independiente... hasta que tuve un feo accidente que involucró a un perro rabioso, nueve puntos en la pierna y una cuenta de urgencias que valía lo mismo que el sueldo mínimo. Lo irónico: ocurrió a plena luz del día, pero con un factor en común: no había nadie a mi lado.

A pesar de lo doloroso de la experiencia, yo no voy a dejar de hacer mis cosas por eso, ni menos me voy a recluir en mi casa. Tampoco puedo andar obligando a mi pololo o amigos que sean mis guardaespaldas 24/7, así que tomé cartas en el asunto y fui a una armería. No es que haya ido a comprarme un rifle, sino que le pregunté a la dependienta qué tenían para defensa personal. Después de revisar distintas opciones, me decidí a comprar una lata de gas pimienta.

Debo admitir que ha sido mi salvación en tres oportunidades: dos involucraban perros mañosos y la tercera, a un colectivero manolarga. “Sabre Red” es una de las marcas más conocidas y viene en distintos formatos: desde llavero (16 gramos) hasta lata grande (60 y 90 gramos). Su precio ronda entre los 12 mil y 30 mil pesos, dependiendo del gramaje. Además de pagar, tendrás que registrarte con tu carnet en la armería. Yo compré la pequeña y tiene 20 tiros... y como una nunca espera ser atacada 20 veces en un año, consideré que estaba OK.

Un par de consejos: al utilizarlo, hay que tener cuidado de fijarse hacia dónde sopla el viento (o terminará sobre tu rostro). También se recomienda practicar su desenfunde y la puntería antes de sacarlo en serio (yo practicaba apuntándole a rejas delgadas en mi camino de regreso a la casa). Hay que disparar primero hacia la nariz y luego a la boca (en caso de canes, directo al hocico). El efecto es inmediato: los perros se ponen a estornudar y arrancan al tiro, mientras que los seres humanos quedan en el suelo llorando. Pero no se preocupen: el efecto sólo les dura una media hora, el tiempo suficiente para arrancar.

En mi visita a la armería conocí otras opciones: bastones de polímero y metal retráctiles, además de pistolas eléctricas. Los bastones se lo recomiendo a las chicas que tengan más fuerza, si bien por el efecto que tienen al desenfundarlos pueden servir para amedrentar. Las pistolas eléctricas son muy efectivas, pero puede ser un poco impactante ver a alguien en el suelo revolcándose por un golpe de corriente y si abusas, podrías dejar muy mal al atacante, así que hay que tener cuidado si se consigue.

Yo he utilizado el gas pimienta porque es más rápido, fácil de ocultar en el bolsillo y una sabe que el atacante se recuperará con un par de lavados de cara. Obviamente hay que ser responsable con el tema, porque autodefensa y todo, sigue siendo un arma: sólo debemos utilizarlas cuando la integridad corre peligro. Pero creo que es importante considerar la compra de algún artículo por el estilo y que las mujeres sepan que se pueden defender por su propia cuenta, sin necesidad de tomar clases de artes marciales.

Ustedes, ¿se animan a tener el suyo?