Desde pequeña, nunca he podido acostumbrarme a dormir con pijama. Por años creí que todas las personas dormían como yo, con una polera simple y vieja (de esas que están bien lavadas, tanto que en vez de romperse, se vuelven suaves y cómodas) y ropa interior. Sin embargo, después me empecé a dar cuenta de que la gente me miraba extraño, y me preguntaban que como podía hacer eso. Fue entonces que cuestioné la "normalidad" de mis preferencias.
¿Es ésta una mala costumbre o simple libertad?
Soy de la firme idea de que dormir sin pijama es lo máximo, y ésta es mi teoría: los humanos, antes de evolucionar, cuando éramos simios (¿aún lo somos?) no usábamos ropa. Con el tiempo, la civilización se empezó a volver puritana, casta y conservadora. Las normas sociales nos obligaron - a nosotros, pobres primates - a cubrir nuestro cuerpo. Por lo tanto, está en nuestra naturaleza tener al menos 8 horas de libertad ¡evolutivamente merecida!
Porque admitámoslo: después de estar bien vestidas todo el día en el trabajo, sólo queremos llegar a la casa a quitarnos toda la ropa, para dormir sin las ataduras de la modernidad.
¿Alguien más está de acuerdo?