En la cartera de una mujer hay ¡de todo! Desde oompa - loompas, minions y un sinfín de etcéteras, hasta curitas adhesivas, un diario de vida o comida para el perrito abandonado de la esquina. Ya antes les hemos comentado: ¡somos las mejor preparadas para resistir un apocalipsis zombie! Sin embargo, dentro de aquel sinnúmero de objetos, existen ¡verdaderos tesoros! O al menos, para nosotras. Y les contaré cuáles son los míos (aquellos que en mi bolso ¡no pueden faltar):
1. Crema hidratante. Tuve un episodio de dermatitis hace muy poco, que dejó mi rostro con feas rojeces y escamas. La especialista me recomendó el uso de una crema exquisita, que deja mi piel fresca y reluciente, con una sensación de alivio muy agradable. Costó un poco cara, ¡pero bien valió! y lo mejor es que puedo aplicarla cuantas veces lo desee. La compré en una promo especial, con cosmetiquero, gel antiojeras roll-on y balm lips. ¡Obviamente, se ha transformado en mi infaltable! Me acompaña fielmente en mi escritorio y su uso es un auténtico deleite. Si quieren saber cuál es, les cuento: Moisture Surge, de Clinique. ¡Genial!
2. Agenda. Como desde mis más tiernos años he escrito (¡y mucho!), las libretas y cuadernos se transformaron en mis más incondicionales amigos. Pero en mi adolescencia desarrollé un extremo gusto por las agendas, que además de permitirte organizar tu tiempo o registrar anécdotas cotidianas, aportan buenos tips para revisar cuando estás aburrida. En mi adolescencia coleccioné la agenda Click (hoy desaparecida), pero ahora la Más Mujer, de Torre, es mi infaltable. (Aprovecho de pedirle a los encargados que no dilaten más el lanzamiento de su versión 2015, ¡please!)
3. Un buen lápiz. A falta de uno de calidad (generalmente, los que entrega el merchandising; es decir, isapres o universidades), el sempiterno BIC salva. Pero prefiero los primeros. Si existe un buen obsequio institucional para fidelizar a la clientela, este es un lápiz. Pero uno ¡pro!. Aparte, díganme, ¿quién no ha estado alguna vez desesperada consiguiendo uno? Por eso, para mí es ¡un must!
4. Mis lentes. Mis ojos son bastante especiales, ya que quisieron experimentar los dos problemas visuales más comunes: miopía y astigmatismo. Esto me genera dolores de cabeza ¡del terror! cuando no los uso, así es que aún cuando no quiero acostumbrarme a ellos y procuro resistir lo más posible de colocármelos, no pueden estar ausentes en mi bolso. Además, una salida al cine sin llevarlos es un verdadero ¡pastelazo!
5. Mi cuenta RUT. Además de ser mi monedero electrónico - gracias al sistema Transbank - es también mi tarjeta BIP (el trámite del pase toma horas laborales y sí, admito que lo he dilatado). Por lo mismo, la presencia de este plástico en mi cartera es ¡indispensable!
Sobra decir que cualquiera de estos “tesoros” que me falte y ¡me devuelvo a buscarlos sin pensar!
Y a ustedes, ¿qué cosa no les puede faltar?
Imagen CC www.caritadegato.cl