Con los tatuajes no hay término medio: se aman o se odian, pero para nadie es indiferente ver que alguien decidió marcar su cuerpo con tinta para el resto de su vida. Eso habla de alguien comprometido y con cierto sentido de la estética.
A mi me encantan los hombres con tatuajes, pero en ciertos lugares del cuerpo. Me choca ver que se los hagan en el cuello, el estómago o los muslos, estilo futbolista. Prefiero mil veces en los brazos, la nuca o los pantorrillas. Mientras más se puedan esconder mejor, ya que un dibujo que se ve todos los días termina aburriendo.
Me gustan los diseños grandes en los brazos y pantorrillas, en especial si están marcados. Es bastante sexy y resalta más aún el cuerpo. En cambio, en la nuca o espalda prefiero diseños chicos y discretos. Un hombre con tatuajes me dice que tiene historias que contar, que hay cosas que lo han marcado y está tan comprometido con estos diseños, que es capaz de llevarlos en su cuerpo para siempre.
¿A ustedes les gustan?