La "fe" en el amor

Pamela Rodríguez Nov 11, 2015
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La actriz Mane Swett declaró recientemente a una revista de papel couché que ya "no cree en el amor”. Se leyó herida, resuelta a rearmar su vida junto a su pequeño hijo y proteger su corazón de quien quisiera lastimarlo. Señaló que prefiere tener parejas ocasionales, que la acompañen en procesos determinados, pero no “para siempre”, puesto que perdió la fe en dichas palabras. Y aseguró que una eventual relación futura “no la derrumbará”, pues tener pareja ya no le importa.

Personalmente, creo que es muy válida su postura, y me parece maravillosa su resolución de ser una excelente madre, centrando su vida en ello. ¡Y es que se trata del amor más grande, sublime e incondicional que una mujer puede experimentar!. Lo mejor es que no importa lo que pase, siempre se mantendrá. Sin embargo, sus palabras me llevaron a reflexionar: creo haber conocido a más de una chica que hizo similar declaración de principios, garantizando que el amor no era para ella y que no volvería a entregar el corazón, puesto que “todos te decepcionan”. Y hoy las veo, nuevamente enamoradas, viviendo a concho ese sentimiento y deseando que perdure.

Lo cierto, amigas, es que nunca hay que cerrar las puertas a lo que en un futuro pueda pasar, diciendo “de esta agua no beberé”. Reconozcamos que somos buenísimas en juzgar al género completo sólo por un par de especímenes. ¡Y vaya cómo reclamamos cuando es a la inversa!. Si hemos tenido malas experiencias y atraemos siempre a los mismos pasteles, es porque quizás inconscientemente buscamos a un mismo tipo de hombre - el chico malo, tal vez - y no vemos más allá de nuestras narices. El resultado de eso es un cúmulo de experiencias negativas y nosotras juzgando a “todos” por 2 ó 3 pelagatos fallados.

Siempre he pensado que las manzanas más bellas del árbol se encuentran justo en la copa. Es decir, cuesta encontrarlas. Quizás nos conformamos con las que están “más al alcance” o que se ven bonitas en un primer análisis, sin hurgar más arriba o esperar. Así como hay chicas inmaduras, heridas, vengativas y “tiro al aire” (onda 'como jugaron conmigo, ahora jugaré con ellos') también hay quienes son fieles, divertidas, cero rencorosas y que se sienten bien consigo mismas. ¡Pues lo mismo pasa con los hombres! Y ojo, que esto último - estar en paz con una - sí que es fundamental, pues toda persona (independiente de su sexo) que obedezca a tal característica, buscará a un “compañero en el camino” y no a un “salvador” que le devuelva la fe en el sentimiento.

Sí, chicas: si estamos en armonía con nosotras, sabremos que nuestro compañero es un ser con virtudes y defectos. Las primeras pueden ser encantadoras y los segundos, abominables. Sin embargo, si ambos están dispuestos a compartirlos y poner de su parte para el éxito de la relación - tanto en lo feo como en lo bonito -, las cosas tendrán buen aspecto.

No puedo ahondar en la historia de cada quien, porque cada una sabe lo que ha vivido. Sin embargo, bajo mi humilde perspectiva, creo que la principal falla en las relaciones modernas está en la permanente búsqueda de satisfacción personal. Algo así como un “lo compro, no me gusta, lo devuelvo. ¡Y además dejo un reclamo a la marca!”. Quizás las expectativas que nos hemos trazado son muy altas, y Disney aún tiene gran influencia en nosotras. Pero pienso que con un poco (¡mucho!) de trabajo, las relaciones pueden perdurar e incluso fortalecerse. El punto está en no bajar los brazos y estar ambos igual de dispuestos. Si se hizo todo y no resultó, tal vez “no eran, no más” y el tiempo dirá. No obstante, creer en el amor también es creer en una misma...

Y ustedes, ¿aún tienen fe en este sentimiento?