Lo barato cuesta caro

Pamela Rodríguez Oct 10, 2014
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¡Qué cierta es la frase con que titulo esta entrada!  Recuerdo que hace un par de meses (aprovechando la ventajosa devolución del IVA) caí en la tentación de comprar mi perfume favorito. Debo señalar que - muy a mi pesar - en este punto soy de gustos caros, aunque finalmente la culpa me gana y termino comprando fragancias económicas, de menor calidad.

En esta oportunidad, el perfume (cuyo costo normal supera los 45 mil pesos; sí, una barbaridad) estaba bastante más rebajado, en su botella de 100ml. Impulsivamente, lo adquirí, con un cosmetiquero y cepillo de regalo. Al poco rato, ¡me arrepentí! (a quién no le ha pasado) y lo fui a devolver, con tan buena suerte que - al ir sellado - me lo aceptaron. Entonces, opté por comprar un frasco oferta (30ml), de una fragancia distinta y bastante más asequible. ¡Craso error!

No sé si también les pasa, pero cuando voy por un nuevo perfume y pruebo las distintas alternativas ¡todas me gustan! Me dejo tentar rápidamente y luego, tras varias aplicaciones, me doy cuenta de que ¡no, no era lo que buscaba!  Bueno, eso me ocurrió a mí. Y no sólo una, sino ¡varias veces!  Al final, terminé haciendo diversas compras chicas de fragancias que no me eran satisfactorias y además, tenían muy mala fijación.

Reflexioné entonces que de pronto es bueno invertir una cifra algo más alta (aunque no exorbitante), en un producto que sabes que te gusta y te acompañará mucho tiempo. Eso, en lugar de hacer experimentos en pro de la economía, los que a la larga terminan significándote el desperdicio de una cantidad mucho mayor. ¡Y te llega a doler la panza al sacar la cuenta!

¿Ustedes qué opinan? ¿Les ha pasado que lo barato les cueste caro?

 Imagen CC Vetiver Aromatics