Al principio no estaba muy consciente de los beneficios que me traería esta milenaria disciplina. Hoy, luego de casi tres meses, es casi un deber ir al menos una vez por semana. Entendí que es un regalo para mi cuerpo y es lo mínimo que puedo hacer por él.
Al principio cuesta, pero con el tiempo, he logrado desconectarme absolutamente durante la hora y media que dura la clase, liberar mi mente del estrés del día, abstraerme del mundo exterior y relajarme completamente. La clave de todo está en la respiración, es increíble lo que puedes lograr concentrándote en ese acto involuntario tan cotidiano y básico. Además, me di cuenta de lo poco conectada que estaba con mi cuerpo y fui capaz de sentir músculos que ni sabía que existían.
No es que ande zen por la vida. Pero con el yoga trabajamos cuerpo, mente y espíritu simultáneamente, aunque suene cliché. De esta forma, se produce un cambio energético importante, que es capaz de cambiar el funcionamiento de tu organismo, armonizándolo y permitiendo que la energía circule. Por lo mismo, los médicos lo recomiendan para combatir la tensión o la depresión. ¿Sabían que también retrasa el envejecimiento? Sí, porque fortalece el cuerpo, aumenta tu flexibilidad y tonicidad. Así que se podría decir que gracias al yoga seremos incluso más lindas.
Se los recomiendo absolutamente. Hay lugares muy baratos a los que pueden ir. Pueden entrar al sitio de Yogaluka y buscar la academia que esté más cerca de su casa. Enserio, no se arrepentirán.