Todas sabemos que cuando estamos celosas o intuimos que algo no anda bien, hacemos mejores investigaciones que el FBI. No hay nada que se nos pueda ocultar y por mucho que lo intenten, los hombres siempre salen pillados. Celulares escondidos, comentarios dudosos en Facebook e incluso “Me Gusta” de mujeres que nunca en la vida hemos visto ni tampoco hemos escuchado nombrar, son las primeras señales que nos hacen dudar.
En la actualidad todo se inicia por internet. Los coqueteos pueden nacer en twitter, continuar con una solicitud de amistad en Facebook y terminar con una cita fijada en Whatsapp. Sí, ése es mi lado psicópata: pienso que la evidencia principal de una infidelidad está en el celular. Es allí donde se fijan los encuentros y se pueden leer las conversaciones desde que se trataba sólo de conocidos, hasta que se convierten en “amigos” que se “juntarán a tomar un helado”.
En Twitter me pasa algo muy particular. Si en el perfil de mi pareja veo una respuesta o mención sospechosa, sigo su origen así se trate de una tuitera odiosa, de esas que dicen hasta que van al baño en su cuenta. Busco, busco y sigo buscando, muy perseverante en mi objetivo: Encontrar cuál fue la razón del "tuit" de mi pololo a esa mujer totalmente desconocida.
Respecto a Facebook, que sea tan privado, a veces –por no decir siempre- me desespera. Me perturba pensar que yo veo sólo lo que él quiere que vea. Sí, estoy consciente soy una psicópata, pero para que vernos la suerte entre gitanas: a todas nos intriga saber cuál es el contenido del mensaje privado.
Mi nivel más alto de celos e intriga ha tenido como consecuencia el tomar el celular de mi pololo y revisarlo completamente. La falta de confianza fue tremenda e incluso debo reconocer que me sentí un poco culpable luego de hacerlo, pero eran muchas las razones que me llevaron a eso: no soltaba jamás el teléfono, hasta al baño iba con él, cero movimiento en el Facebook y sospechosas horas de última conexión en Whatsapp.
Y tú, ¿cómo psicopateas a tu pareja?
Foto CC vía Flickr