Pequeñas cosas increíbles: las tardes de terraza

Cote Feb 1, 2011
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Si hay una hora perfecta en los días de verano son las tardes. Justo cuando empieza a esconderse el sol y el día se empieza a desacelerar. Es el momento perfecto para sentarse en una terraza y tomar algo rico con amigos. Precisamente ayer, estaba en la azotea del edificio de una amiga, y pensé ¡qué es lindo Santiago! Lo que pasa es que nunca nos detenemos a mirarlo. Pasamos del mal humor del metro a la pega y de la pega a algún otro lugar, pero pocas veces nos sentamos a admirar la ciudad.

Se podría decir que soy una “persona de verano” (prefiero andar pegada de calor, pero con poca ropa y no cagada de frío y envuelta en mil capas), me gustan todos los panoramas que se arman durante esta época, que los días sean más largos, usar vestidos y, sobre todo, salir a carretiar con chalas y no necesitar nada más que un chalequito para abrigase. Pero lo que más disfruto lejos es una cerveza bien helada, mientras el viento fresco de la tarde me da en la cara.