Pequeñas cosas terribles: comprar preservativos para el pololo

Andrea Maikowsky May 18, 2015
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Para nadie es desconocido que,cuando se inicia la vidasexual y se opta por laresponsabilidad, comprar preservativos resulta sertodo un tema. Pues bien,aunque parezca ser una tareaexclusivamente del hombre, nofalta la ocasión en quenosotras debamos ir por lanecesaria protección.

Y así me pasó: una vez mi pololono pudo pasar a la farmaciay me pidió la paleteada a mí.Le dije que sí, aunque morí de la vergüenza. Lleguéallá y tímidamentedirigí mi vista hacia arriba, pudiendo observar lavariedad de condones que seexhibían en las góndolas.

Trataba de leer la letrachica para ver laespecificación de cada uno,mientras pensaba qué querríandecir los colores de suenvase. Y la pregunta delmillón: "¿cuál llevaba?" Porquequizás existían de distintostamaños y no iba a llegar conalgo que no sirviera, siendo casi unaofensa para mi amor.

En eso estaba cuandogritan: "¡29!" y sí, me tocaba amí. "¿Qué necesita?" mepregunta el encargado y yo, en voz muy baja,le digo: "una caja depreservativos". "¡¿Qué condón ledoy?!", exclamó fuertemente y con una sonrisa de oreja aoreja. "Deme los de envaseplomo, que traen 8", respondí mientrasmiraba a cualquier ladomenos su cara. "¿Ha usado estosotros?", me preguntaba comoqueriendo entablarconversación, tratando de engancharme un segundo producto sexual. "¡Eso no más!", le dije. Le pasé la platay guardé el paquete en micartera.

Mi segunda experiencia en elpasillo de los condones fuemenos tensa: mientrasbuscaba los que ocupábamoscon mi pololo - a esas alturas,ya sabía perfectamente cuáles eran - veo que una niña demenos edad toma unacaja de cada variedad y, luego de mirar a todos lados, los guardórápidamente en su bolso. Memiró e hizo un gesto desilencio. Luego se acercó yme dijo: "gracias, salen muycaras estas cosas", yéndose.

¡Si, los robó! yyo no alcancé a reaccionar. Sólo atiné a pensar; "sí,son caros y bueno, por lomenos está siendo responsable".Mi consejo eso sí, es que sino tienen dinero paracomprarlos, recurran alconsultorio más cercano. Allíse los darán gratuitamente,porque hurtar ¡nunca es el camino!

Y cuéntenme, ¿cómo ha sido suexperiencia comprandopreservativos?

Imagen CC Inessa Akhmedova