Pequeñas cosas terribles: Los "paracaidistas"

Pamela Rodríguez Jan 1, 2014
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Con esto de las fiestas de fin de año, seguro aparecieron aquellos clásicos personajes barsas: los amigos, familiares o conocidos “paracaidistas”. Esos, los mismos que nos hacen recordar a Clinton y Reagan, los míticos “Corazones Services”. Las treintañeras aún deben tener fresca en la memoria a la pareja de motociclistas que llevaban recados amorosos en el programa “Venga Conmigo”. La peculiaridad del dúo era que al transportar dichos mensajes (onda “Pasiones”) ¡saqueaban el refrigerador de la casa del receptor! Al final no se sabía si éste perdonaba a su pareja con ganas o sólo para que los muy barsa no se comieran toda su comida... y hasta al perro.

En fin, el punto es lo común que resultan en nuestra cotidianidad personajes como éstos. Es típico el vecino, amigo o familiar que no aparece nunca, salvo cuando necesita pedirnos algún favor. Una vez que éste ha sido concedido (llámese plata, una blusa, un vestido para la titulación, etc) “¡si te he visto no me acuerdo!” (salvo, claro está, cuando tiene otro requerimiento).

Otro ejemplo es aquel “paracaidista” de tomo y lomo (the real paracaidista). Ese que llega el día menos pensado a tu casa, como si fuera una aparición directamente venida desde el infierno. Se instala en tu living durante horas sólo porque “andaba por ahí cerca” y no se le ocurrió nada mejor que pasar a saludarte. ¡Saludo eterno en que saquea tu cocina y se lleva todos los artefactos de “poco” uso!

Fin de año es el hábitat indicado para la proliferación de estos personajes. Las fiestas de Navidad o Año Nuevo hacen que se reproduzcan fácilmente, recolectando regalos olvidados o escondidos. Pero bueno, ¡ya pasaron! Y la mayoría de nosotras tendrá una tranquila temporada hasta que – cuando menos te lo esperes – se dejen caer nuevamente en tu camino.

¿Y tú, conoces “paracaidistas”?

Foto CC vía fotosimagenes.org