Pequeñas cosas terribles: quedarte "atrapada" por culpa del transporte
¿Has experimentado la sensación de quedarte atrapada en un barrio, sin poder salir de ahí? Es lo que yo siento aquellas veces en que vuelvo a casa y, simplemente, ¡no puedo tomar el transporte de regreso!
¿Qué sucede? Pues la temida hora punta. Voy al metro y me encuentro con al menos 10 filas que parecen extraídas de una película de espanto. Y ¡ojo!, eso es sólo para cargar el pase, porque junto a los torniquetes existen varios kilómetros más de espera y terror. Ni pensar en bajar a los andenes. Simplemente están colapsados, sin contar con las condiciones en que llegará a la estación el tren urbano. ¿Entonces? ¡Descartado!
Queda la segunda opción: la micro. Pero ¡oh, rayos! Vas al paradero y la situación no es muy diferente. 30 personas por metro cuadrado a bordo del vehículo, con las mejillas pegadas a las ventanas, no conforman un panorama apetitoso. Y por supuesto, las temidas filas también se hacen presente, esta vez para validar la Bip! y subir al bus. ¿Qué hacer? Descartarlo también.
Resta entonces la más amigable de las opciones: la cleta. Cuando es tuya, ¡no problem!. Llegas a casa en un rato, con el mejor de los ánimos. Pero si te has suscrito al maravilloso programa Bike Santiago - que es en verdad lo más, pero tiene algunas “yayitas” como las que detallo - el panorama variará conforme a la cantidad de personas que haya tenido tu misma idea. Sí, porque lamentablemente en Chile somos ¡harto poco cuidadosos! con iniciativas como ésta, y ya hay varios vehículos sin pedales, con frenos defectuosos, neumáticos pinchados u otros daños, lo que acorta la cantidad disponible para los usuarios. Eso conlleva a que a veces debas recorrer grandes distancias caminando, en la esperanza de que la suerte esté de tu lado y puedas encontrar una cleta que usar.
Es en este punto cuando te quedan dos caminos: o llorar a gritos y patear lo que se cruce a tu paso o ir a casa caminando. Esta última opción no es mala cuando tienes la suficiente energía y te dispones a disfrutar del paisaje, pero es abominable cuando estás apurada o el cansancio te tiene devastada. Es ahí cuando te sientes “atrapada” y “prisionera” en tu comuna de origen, y te sobreviene la desesperación, quedando a merced de la furia, temor y desagrado (sí, tal cual “Inside Out”. Y eso es espeluznante…
Y a ti, ¿te ha pasado esta pequeña gran cosa terrible?