¡Quédate con quien te haga sonreír!

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¿Cuántos sapos debemos besar en la vida hasta encontrar al indicado? De repente, me da por dedicar mi día a mirar a las parejas y ¡lo único que quiero es llamar a mi hombre para que me dé un beso y me haga reír. ¿Les ha pasado que a veces andan por la calle y se topan con dos personas “vomitando” felicidad? Pienso que la risa en una relación es factor determinante del éxito que todas debiéramos esperar, ¿no creen?

Me encanta vivir ese sentimiento eléctrico con la persona que tengo al lado, porque sé que es lo que prosperará con el tiempo. Una sonrisa vale en todo momento; incluso en la tristeza es capaz de sacarte de ese estado de letargo para ayudarte a ver las cosas con claridad. La risa te ayuda a celebrar lo que tienes alrededor, ya sea el cielo o un gato que se cruzó en tu camino. Una relación a base de sonrisas se cultiva mucho mejor que una monótona y seria. Enamórate de alguien que sea un compañero, un deseo.

Hay que parar de encerrarse en la cólera, nada bueno crece ahí. Si todos pudiésemos valorar las sonrisas de nuestros seres queridos seríamos más felices. Se los aseguro. Si no lo creen, practiquen: acostúmbrense a saludar a las personas con las que se topan en el día, seguro recibirán otra sonrisa a cambio. Dar las gracias, dar un abrazo a tu pololo, un besito a tu familia antes de irte a tu jornada En la vida todo se puede mejorar, depende de ti.

Creo que si encuentras algo que puede ser bueno, deberías aferrarte a ello. ¡Sobre todo si viene con risas incluidas!, es sólo cosa de animarse y creer.

Foto CC Luis Hernández