¡Verano demórate un poco más!

Colaboradoras Fucsia Nov 11, 2010
Compartir:

Por: Josefa Leyton

Cuando se acerca el verano es lo peor. Te miras al espejo y dices “eres un oso polar”; y no sólo porque estás peluda, sino también porque estás gorda como una vaca. Todas tus amigas están más regias que tú, y quieres matar a todos los maniquís de la vitrina de París y hacerlas obesas. Empiezas a ver a todo el mundo más flaco y sientes que vas a explotar de retención de líquido.

Empiezas a coleccionar fotos de cuando eras flaca y te pones como meta llegar a estar así. Empieza la desesperación y te metes al gimnasio, pero CUEK, te sientes más gorda todavía, porque no falta la mina regia que se pone hacer la clase de spinning sin polera.

Te pasa por la cabeza que te encantaría ser anoréxica, pero sólo por un par de meses hasta perder esos kilos de más. Te pones a buscar dietas en internet, comes fruta, sales a trotar, comes cereales, empiezas a salir con tu mejor amiga en bicicleta, te pones hacer abdominales, dejas de tomar; y estas sobria y aburrida en todos lados.

Cuando ya llegaste a tu límite no comes nada y eres la persona más irritada del planeta, te pones mal genio, te falta azúcar, eres una amargada. Te pones a fumar como loca; y si no, tomas tanta agua que pareces una pecera andante.

Cuando te aburres de lo obsesiva que te pusiste, te das cuenta que ¡no adelgazaste ni un kilo! Entonces mandas la dieta a la punta del cerro, te pones a comer todo lo que no comiste en semanas, tomas como si se fuera acabar el mundo y vuelves a ser la gordita feliz. Total nunca fuiste tan gorda como pensaste; y lo cierto es que al final es mejor ser una gordita feliz, que una flaca amargada.