Yoga Hormonal: no me tinca, pero dicen que aumenta la energía sexual
Es grito y plata en Europa. El Yoga Hormonal seduce cada día a más practicantes de una disciplina que tiene varias vertientes milenarias (como el Hatha, Astanga, Kundalini, etc.) transmitidas hasta nuestros días gracias a gurús y maestros. Su promesa: mejorar la energía sexual. Ya decía yo que “algo” marketero tenía que haber escondido por ahí, pues todos los tipos de esta disciplina tienen influencia a nivel hormonal, sin excepción. Como sea. La cosa es que se trata de una línea creada por Dinah Rodrígues, una brasileña empeñada en saltar a la fama con su técnica para combatir problemas emocionales y hormonales. Entre sus beneficios, este Yoga aumentaría las posibilidades de concebir un hijo y ayudaría a hallar equilibrio para enfrentar la menopausia de mejor manera. En cuatro meses de práctica (30 minutos, dos veces por semana) las personas reducirían sus desequilibrios hormonales. “La irritabilidad, neurastenia inestabilidad emocional, crisis de llanto, insomnio, ansiedad, estrés y otros síntomas como el desaliento, el cansancio y la depresión desaparecen con la práctica”, plantea la yogui. No sé a ustedes pero a mí me parece más de lo mismo. El Yoga por esencia cumple todos los objetivos que plantea esta nueva “ídola” que investigó científicamente en 1993 los efectos de su obra, midiendo el nivel de estradiol y los síntomas de la menopausia. Entre los resultados descubrió que sofocos, sequedad uro-genital, inestabilidad emocional, insomnio, cansancio, depresión, migrañas, infertilidad y pérdida del cabello bajaron, mientras que el estradiol creció. Ojo, aunque el público objetivo son mujeres, los hombres no quedan fuera. Así que que están invitados a probar quienes busquen fortalecer su testosterona, fuerza y energía sexual. Si el foco está puesto en la fertilidad, Dinah Rodrígues dice que este Yoga no mejora problemas en los órganos reproductores, pero si en el sistema hormonal. Ello con la incorporación de diferentes tipos de respiración, contracciones y usos de energía al estilo tibetano. Mejor, desde mi perspectiva, es lo tradicional. Muchos centros ofrecen clases con las 3 B, así que no hay excusas para quienes quieren de corazón iniciar un camino de crecimiento físico y espiritual que flexibiliza el cuerpo y las emociones… y que puede extenderse toda la vida si un@ realmente así lo desea. Este Yoga aún no llega a nuestro país. ¿Crees que puede ser un éxito?