Continuando con las reflexiones musicales, acá les va la segunda patita de mí muy personal selección de los mejores discos del 2009. En la primera parte, los escogidos fueron Noah and the Whale - The First days of Spring, Peter Doherty - Grace/Wastelands, Pearl Jam - Backspacer y Phoenix - Wolfgang Amadeus Phoenix. ¿Cuáles fueron tus favoritos este año?
PJ Harvey y John Parish – A woman a man walked by
A PJ Hrvey siempre la he encontrado seca. Es capaz de pasar desde la más dulce de las voces a la más rabiosa de las interpretaciones, como en "The Crow Know Where all the Little Children Go" o "April".
Me gustó la dupla con John Parish, a pesar de las críticas, sobre todo en “Sixteen, fifteen, fourteen” y en la increíble balada que resultó “The Soldier”.
Estamos frente a un disco nostálgico, melancólico, quizás aventurero y a veces un poco oscuro. El sonido sucio de las guitarras y algunos tonos medios sicodélicos me hicieron sentir de vuelta en los '90. Definitivamente uno de los “más favoritos de los favoritos”.
Yeah Yeah Yeahs - It’s Blitz
Si tuviera la oportunidad de convertirme en rockstar y elegir quien me gustaría ser, sería Karen O. ¡Obvio! Este es el tercer álbum de la banda y comienza con “Zero”, una mezcla perfecta de pop, algunos guiños al origen punk de la banda y harto sintetizador, bien retro y bien bailable. Ideal para caminar por la calle, ir en el metro y sentirte menos miserable o dar un paseo en bici un domingo en la tarde y cantar fuerte sin que te importe que el semáforo esté en rojo y la gente te mire como si estuvieras loca.
Sin embargo, para mí el clímax del disco fue con la increíble “Dull life”, más indie, más rockera, más de garage, más Yeah Yeah Yeahs que ninguna. En definitiva, es un disco redondo para no aburrirse con ninguno de los 10 temas que lo componen. Tiene lo necesario y más.
The Flaming Lips - Embryonic
Otra banda más que este año decidió meterle sintetizador y bases a su disco. El resultado: buenísimo. Si se puso de moda la onda electrónica bienvenida sea, porque Embryonic es definitivamente un buen disco. No echo de menos nada de los “antiguos” Flaming Lips.
Lograron reinventarse como nadie, pudiendo mezclar perfectamente sonidos retro y vanguardistas y "Convinced of the Hex" es un ejemplo evidente.
La particular voz de Wayne Coyne, esta vez se escucha más saturada y distorsionada, pasando casi a segundo plano, donde los instrumentos son los absolutos protagonistas.