Ayer volví a ver Miss Simpatía y como siempre la retrocedí varias veces en mi parte favorita para verla una y otra vez. Me encanta cuando está parada en el escenario con su traje extraño y comienza a enseñar algo que todas las mujeres deberíamos saber: defensa personal.
Debo admitir que no soy una de las mujeres que espera que el Príncipe (de cinturón) Azul las venga a rescatar en su blanco corcel, sino todo lo contrario. Me gusta poder valerme por mi misma. Saber que si en la calle alguien trata de robarme la cartera, podré defenderme como para no perder nada.
Pero me he dado cuenta que son pocas las que piensan como yo. Casi todas prefieren que alguien más haga el trabajo sucio, o simplemente nunca han pensado en esto. Yo, en toda mi subjetividad, creo que es demasiado importante saber qué se puede hacer en casos con cierto grado de peligro. Por lo menos para cuidar la integridad de cada una. Especialmente aquí en Chile, porque casi nadie te ayuda aunque estés gritando a todo pulmón.
Aprender a defenderse no significa que tengas que terminar llena de moretones. Para nada. Por ejemplo el Hapkido utiliza la fuerza del oponente a tu favor. Osea, la desvías, canalizas y luego la reutilizas. Esto hace que no haya contacto extremo y, así, tu cuerpo no queda con marcas.
Otro de sus puntos a favor, es que no tienes que ser fuerte para comenzar a practicarlo, ya que esa y otras destrezas se van desarrollando a medida que se entrena.
Me gustaría ver a más princesas como Fiona, capaces de poder defenderse y cuidarse por sí mismas. Saber cómo golpear no te hace menos femenina. Pero sí te ayuda a sentirte más segura. Además en el proceso aprovechas de ejercitar y quemar unas cuantas calorías. Y tu ¿qué piensas?