La blusa de la temporada es transparente, con diseños floreados, de varios colores, mostrando los hombros y ajustadas a la cintura. Lindas, pero transparentes. Eso sí, cuando veo que las usan, siempre llevan una camiseta debajo… ¿Eso es porque somos tímidas? ¿O es porque las transparencias se ven demasiado ordinarias?
He escuchado ambas razones y no me convenzo. He visto prendas con transparencias que no tienen nada de ordinarias, al contrario, son maravillosas, elegantes, muy lindas, algunas bien sexy y otras no tanto. De hecho, cuando vi las colecciones de vestidos primavera-verano 2010 de las grandes compañías y advertí que la transparencia es la tendencia, pensé: “esta vez nos vamos a quedar abajo de esa moda, y si adoptamos los vestidos que se translucen, los vamos a arruinar con enaguas como las que usaba mi abuelita”.
No creo que se vean mal, creo que hay que saber llevar las transparencias: dónde, cuándo, cómo y con qué.
Si vas al trabajo, de compras, a hacer trámites, de paseo por la ciudad o de visita a algún lugar… ¡No se te ocurra elegir un vestido como el de Cecilia Bolocco! Por el momento excluye los encajes y prefiere las telas que a la luz se translucen un poco. Seguramente se verá tu ropa interior, por lo que también tienes que elegir muy bien lo que llevas debajo: que no sea muy llamativo, ni con muchas aplicaciones. Más bien ponte algo parecido al color de la ropa, liso, medio convencional. Siempre he escuchado que recomiendan la lencería color piel, pero a mí no me gusta tanto y no creo que tengamos que tratar de ocultar que estamos usando ropa interior.
Ahora, con respecto a las camisetas, no es que esté en su contra, pero reflejan que no nos atrevemos, que tenemos temor a lo que diga el resto y a exponernos demasiado. De todas maneras creo que usarlas es útil, siempre y cuando no arruinen tu blusa y no le quiten su esencia.
Y tú ¿te atreves a usar transparencias?