Si se trata de alisado y planchas de pelo, creo que puedo dar una cátedra sobre este tema. He tenido de todas las que se pueden imaginar: caras, baratas, plásticas, a vapor, profesionales y de cerámica; en resumen, las conozco casi a la perfección.
Las descubrí cuando iba en el colegio y desde hace años que dependo de ellas para todo. Aunque no soy crespa ni tengo un afro, me volví dependiente, llegando incluso a no poder viajar si no llevo una en mi maleta.
Elegirlas nunca ha sido fácil, ¿no lo sabré yo? De partida cuando vamos por una se nos ofrece una variedad gigantescas de productos y precios. Creemos que las más baratas nos pueden quemar el pelo, pero no queremos arriesgarnos y preferimos irnos a la segura con marcas conocidas y pagar altos precios.
Sus materiales también varían mucho. Las planchas metálicas ya están quedando obsoletas y las que se encuentran hoy en el mercado son de cerámica. Estas son mucho menos dañinas para nuestro pelo, ya que no lo queman y además les entregan más brillo.
La temperatura es otro tema sobre el cual debemos fijarnos para elegir. Lo ideal es que con sólo una pasada sobre un mechón de nuestro pelo, éste nos quede perfectamente liso. Algunas planchas indican cuándo se encuentran a temperatura exacta para alisar y otras incluso permiten regularla.
El tamaño es importante al momento de elegir tu plancha. Si sólo quieres alisar tu pelo en forma rápida, te recomendamos algunos modelos más anchos que existen en el mercado, pero si buscas una para el flequillo corto, lo mejor es que uses una más angosta, porque de otra forma te quedará la chasquilla levantada y puedes correr el riesgo de quemar tu rostro.
No olvides que siempre después del alisado tienes que aplicarte silicona de manera de sellar tu cabello y evitar el odiado efecto frizz.
Y tú ¿qué plancha recomiendas?