"Perdón"... aunque esta es una de las palabras más difíciles de decir, es muy saludable para las mujeres que la escuchan. En cambio, cuando a un hombre le piden disculpas ¡se enoja mucho más! Suena raro, pero así es.
Yo sé que a nosotras nos encanta que nos pidan disculpas, sobre todo los hombres, que reconozcan sus errores y que podamos tener el control de la situación. Pero ahora un estudio lo confirma: que nos pidan perdón mejora hasta nuestra salud.
Pasa que cuando nos sentimos ofendidas aumenta la presión sanguínea con un potencial daño cardiaco, pero si nos piden disculpas, inmediatamente disminuye esa posibilidad. Entonces nos sucede algo bien cliché y romanticón: “el perdón le hace bien a nuestro corazón”.
Ahora, vamos con los hombres: el estudio comprobó que para ellos el efecto de una ofensa siempre será más largo, incluso se vuelven más irritables una vez que se les admite la culpa. Y yo pensaba que nosotras éramos complicadas…
Eso sí, a pesar de que nos gusta que nos pidan disculpas, yo creo que nosotras somos más reacias a aceptarlas fácilmente, ¿o no?