Optar por la comida orgánica es toda una experiencia: es comer rico, sano y limpio; es ser amigable con el planeta; es ser alternativa y probar combinaciones que terminan siendo deliciosas; es no contaminar tu cuerpo con agentes artificiales. Suena lindo, pero también suena difícil.
Los alimentos orgánicos son los producidos o elaborados completamente libres de químicos, hormonas y transgénicos. Ultra naturales, lo que me encanta.
Díganme si no es agradable comer algo sabiendo que ha sido regado con agua sin sustancias tóxicas. De verdad te hace sentir diferente con sólo saberlo.
Por otro lado está lo saludable que significa preferir estos productos, aportándole lo mejor de la naturaleza a tu cuerpo y dejando fuera todo lo tóxico que se usa para preservarlos o para mejorar su sabor y estética.
Un producto orgánico mejora la salud y el funcionamiento del cuerpo, además ayuda a mantener jóvenes tu piel y tu pelo, entre otros.
El otro día salí a comer y buscando un lugar diferente y en medio del barrio El Golf encontramos a VOP (Very Organic People). Claramente su nombre no fue lo que nos atrajo, sino su estética, que la comida fuera orgánica y la especialidad de la carta: sopas. Se los recomiendo 100%. Yo elegí la sopa de brócoli con pistachos, un kish de champiñones y un juguito de frutilla-plátano.Ojalá esto se masifique, encontremos más productos orgánicos en los supermercados, y también más lugares donde comer estos alimentos, preparados de las formas más increíbles.