[caption id="attachment_8797" align="aligncenter" width="520" caption="copyright © 2008 sean dreilinger"][/caption]
El posnatal de 6 meses que pretende impulsar el Gobierno al parecer no trae todas las maravillas que supone poder pasar más tiempo con un hijo recién nacido. Más allá de los beneficios pediátricos que se han esgrimido, tiene detrás algunas complicaciones en las que pocos han reparado.
La socióloga del Observatorio de Género y Equidad, Teresa Valdés, comentó en una columna publicada en The Clinic, que esta medida no sólo deja practicamente afuera a una gran parte de las mujeres que no están entre las mejor remuneradas, sino que también le cede el costo de este gasto al Estado, dándole un tinte bastante empresarial a un asunto sensible para el 53% de las mujeres que no obtendrán este beneficio por no contar con un contrato indefinido en sus trabajos y por lo tanto, no tener previsión en una isapre.
Suena muy romántico; mujeres que quieren estar con sus hijos durante sus primeras etapas, pero no hay que olvidar que existen muchas trabajadoras que no tienen previsión y no pueden cotizar, versus un grupo muy pequeño que sí puede y es ahí donde están los intereses de las isapres, las que se ahorrarían una gran cantidad de plata en licencias, si es que las mujeres con hijos recién nacidos tuvieran seis meses de posnatal y que además, con esta medida, podrían transferir los mayores costos por maternidad al Estado.
El tema es extender un beneficio para un grupo pequeño de mujeres o legislar para que TODAS, con previsión o no, tengamos la oportunidad de tener al menos 3 meses de posnatal sin miedo de perder nuestros trabajos.