No me da vergüenza admitir que pese a que bordeo los veintisiempre, me encantan los dibujos animados. De hecho, las últimas tres veces que he ido al cine ha sido para ver alguna peli de monitos. Así que no se imaginan lo emocionada que estoy con el estreno de la tercera parte de Toy Story que más encima ¡ES EN 3D!
Andy, el dueño de los juguetes, ahora es grande y se prepara para ir a la universidad. Por eso su mamá decide meter a Buzz, Woody, Jessie y al resto de la pandilla en una bolsa para guardarlos en el ático. Por error, se van al basurero de la casa pero en vez de ser recogidos por el camión de la basura, ¡terminan en un jardín infantil!
Lo divertido empieza cuando todos deben cuidarse de las pegajosas manos de los niñitos que lo único que desean es jugar con ellos. Como siempre, Woody y Buzz son los encargados de calmar al grupo de juguetes que deciden planear una fuga para volver con su dueño.
La historia es simple y sencilla, pero como siempre, los divertidos juguetes nos hacen sentir que somos niños de nuevo. Claro que con la actual tecnología, simplemente estaremos con ellos!