En secreto, pero en Hawaii, como todas las bodas secretas predecibles de la farándula estadounidense, Megan Fox y Brian Austin Green contrajeron matrimonio y sellaron una relación de casi 6 años.
En 2004, la joven actriz que saltó a la fama en "Transformers" conoció al otrora guapo de la televisión de los 90 y estrella del clásico "Beverly Hills 90210" en el set de la sitcom “Hope & Faith”, donde ambos hicieron papeles pequeños. Sería el comienzo de una relación que, pese a los 12 años de diferencia, y a los múltiples problemas de pareja, culminaría en un feliz matrimonio el pasado jueves.
Vivieron juntos por 3 años, se comprometieron en 2006 para casarse, ambos tatuaron el nombre de su pareja en alguna parte de su anatomía, adoptaron un cerdo, dos gatos, dos pájaros y una ardilla; pero en 2008 esta historia de amor no dio más, y se separaron por un lapso breve a comienzos de 2009, luego de numerosas diferencias. Les tomó todo un año retomar su flama de pasión, mientras ella hacía películas que explotaban su sensual impronta, como “Jonah Hex” y “Jennifer’s Body”, y él se dedicaba de lleno a “Terminator: The Sarah Connor Chronicles", donde tuvo un rol estelar.
Sin embargo, a comienzos de este mes anunciaron la reanudación de su compromiso, y aunque Fox dijo a la prensa que pasarían muchos años antes de concretar su matrimonio con Green, de alguna forma llegaron a Hawaii y, junto a un número reducido de amigos y familiares, dieron el sí y gozan de una luna de miel llena de playa y surf.
El próximo paso, al menos para Green, parece ser traer al mundo al sex symbol de las futuras generaciones. Mientras que él declara a los medios que no le molestaría tener hijos con la célebre damisela en apuros de “Transformers”, ella se limita a reconocer que lo ama porque “es un hombre que tiene ego”. Sólo el tiempo dirá si la caprichosa diosa de las cintas de acción, a sus 24 años, seguirá la senda que su esposo, quien ya tiene un hijo de una anterior relación, parece aguardar ansioso.