No es la idea debatir sobre la pertinencia de los homosexuales en asuntos de moda, estilo y cocina. De hecho, los expertos de Queer Eye for the Straight Guy cerraron con candado esta discusión y lanzaron la llave al olvido. El punto es que este programa jamás estuvo destinado a ayudar a otros hombres gay, a dueñas de casa o a solteras empedernidas. Siempre tuvo un sólo objetivo, y es nada menos que tu pololo.
La razón es tan simple de explicar que casi sobran las líneas: los hombres (independientes, no macabeos) solemos ser muy arrogantes para aceptar consejos en estas materias de nuestras madres o pololas. Cuando pedimos ayuda a alguna amiga, las pololas generalmente se enojan por no considerarlas primero. Y aceptar directamente el consejo de un gay, muchos -todavía- lo ven como un desafío moral.
Yo, al contrario, veo el programa porque me gusta, y destaco cinco razones por las que todas quienes esperan más de sus novios deberían insistir en que lo vean en forma religiosa:
1. Aprender a hacer platos de comida saludables y diferentes. Ninguna mujer quiere que, cuando la inviten a cenar en casa, las únicas opciones sean los tallarines con alguna salsa comprada en el supermercado, la comida pedida por teléfono o esos platos pasados en sal o mal cocidos, que al final se valoran por el esfuerzo más que por el sabor. Todas tienen derecho a comer bien, y en este programa enseñan a cocinar al menos un plato realmente novedoso por episodio.
2. Vestir de acuerdo a distintas ocasiones. No se trata de tener mucha ropa en el armario, ni de combinar colores. A veces, simplemente hay que prestar atención a la formalidad de la reunión, el mensaje que se quiere comunicar o algún gusto estético que va más allá del sentido común. En cada capítulo, tu pololo encontrará una forma de verse bien, moderno, y no perder su estilo.
3. Valorar los pequeños detalles de tu vida diaria. Tal vez el mensaje más importante que los homosexuales más famosos de la televisión llevan a cada casa donde transforman desde el techo hasta los dientes de los favorecidos. Es que la única forma de mantener feliz a una mujer es prestar atención a los elementos que cada una se esmera por llevar en su vestimenta o usar de forma cotidiana, y aprender a valorar los espacios para ambos.
4. Es bueno cambiar de vez en cuando. Si te quedas siempre atrapado en los mismos colores, vestuario, comidas o lugares que visitas, la rutina no tardará en frenar tu romance. El quinteto gay no se cansa de repetir que hay que pensar siempre en lo que no se ha hecho, o cómo hacer lo habitual de manera distinta y fresca.
5. Nada mejor que un hombre feliz de lo que ve en el espejo. Para muchos pololos, el mantener una panza en constante crecimiento, vestir de forma horrible o usar accesorios que te cargan, es su forma de aceptar las imperfecciones que creen tener. Otros le llaman, equivocadamente, estilo. Viendo el programa, aprenderán tantos tips para ocultar o disimular todo lo que no quieren que se vea, que se sentirán bien consigo mismos, y tú tendrás algo más agradable que mirar cada día.