Desde su cancelación en 2006, se planteó la posibilidad de cerrar el bizarro argumento, de una de las mejores series de todos los tiempos, con una película. Nunca tuvo mucha audiencia, ni recaudó un montón de plata; pero el culto alrededor de Arrested Development bien justificaba una cinta de larga duración con todas las locuras de la familia Bluth. Pasó el tiempo, se dijo que sí, luego que no, los actores desmintieron estar pensando en el film y luego dijeron que les encantaría participar. Lo único concreto, a través de los años, es que los fans esperaban el salto a la pantalla grande con devoción.
Hace algunas semanas, la mente maestra de la serie, Mitchell Hurwitz, confesó que la mitad del guión ya está escrito, y que la película no tardaría en llegar. Luego, Jason Bateman, el único medianamente racional en la disfuncional familia, dijo que incluso hay una parte del guión pensada para Jennifer Aniston, pero resultó ser una broma. Y al final, de toda esta maraña de anuncios y mensajes en Twitter, quedamos donde empezamos: sin una fecha real de estreno, ni la seguridad de ver algún día esta cinta en cartelera.
Sin embargo, no me canso de esperar, y les doy tres razones por las que la película de Arrested Development podría ser la mejor comedia en cine de los últimos años:
- Es el mejor elenco jamás reunido para una comedia, desde los cuatro de Seinfeld. Con el permiso de los amantes de 30 Rock y The Office, el nivel de compenetración de cada actor con el argumento, sus colegas y su trabajo, nos llevaba a creer que realmente esta gente era así. Es difícil ver ahora a Will Arnett como algo mejor que el oportunista Gob, o a Michael Cera fuera de su rol de adolescente incómodo y miedoso.
- Realmente se siente que lo pasaban bien haciendo la serie, y eso es muy importante en comedia. Nunca olvidaré el episodio en que George Michael (Cera) fue abandonado por su novia y comenzó a sonar música de Snoopy, mientras que en el fondo se podía ver una casa roja con un perro real sobre ella. Había cientos de referencias pop y avances de episodios que jamás se filmaban, cada uno más delirante que el anterior. Estos tipos hacían su trabajo para complacerse a sí mismos y esa clase de amor por el producto se notaba con creces.
- Cada episodio era un desfile de cameos increíbles, y actuaciones que fueron capaces de resucitar carreras que estaban hace mucho en el patíbulo. Inolvidables, Henry Winkler y Liza Minelli no tuvieron problemas en humillarse al máximo y entregar una de las mejores actuaciones de sus vidas.