Por Florence y Paz.
Tractor amarillo, de Zapato Veloz: Nunca nadie entendió por qué este personaje decidió hacerle una oda a su tractor amarillo. ¿Tenía algo especial? ¿Realmente era lo que se llevaba en los 90'? ¿Realmente era una forma más barata de tener descapotable? Preguntas que duran hasta el día de hoy.
La Macarena, de Los del Río: Otro misterio de los 90's es por qué una canción tan, pero tan mala, se convirtió en un éxito mundial sin precedentes. No hay persona que no se sepa la coreografía, no hay matrimonio donde no la toquen. Los del Río, esos vejetes que la cantaban, rodeados de modelitos, pasaron al olvido, pero no así su canción.
Locovox, Locomía: Nada más freak que cinco tipos vestidos como piratas bailando con abanicos y complicadas coreografías. Y pensar que estuvieron en el Festival de Viña y tocaron la misma canción como 10 veces.
Es difícil ser bebé: Jordy, la guagua que no quería ser guagua, debe ser un ícono de los one hit wonders y la idea más rara del mundo al mismo tiempo; un niñito de pocos años cantando en francés y en español. Aún es un misterio quién fue el genio creativo que un día se iluminó y decidió llevar a cabo su sueño.
Vox: Rodrigo Eitel, el ex gordito que alguna vez organizó una velatón por el Mamo Contreras, un día se levantó y decidió convertirse en una estrella del pop. Junto a un grupo de amigos bajo el pésimo nombre de Vox, una banda que emulaba (según ellos) a las boy bands gringas que hacían furor en ese momento. Obviamente, fracasaron; eran malos y Rodrigo declaró alguna vez que Chile no tenía una cultura pop suficiente como para apreciar su arte. Un incompredido.