Generalmente no le damos la importancia que debiéramos a dormir ocho horas diarias. Pero, dormir es muy vital para nuestra salud.
Cuando dormimos menos de ocho horas podemos desarrollar enfermedades como hipertensión, estrés o diabetes. Y es evidente que no podemos rendir bien en el trabajo, no disfrutamos al máximo, nuestro humor desaparece y nuestra vida se acorta en un plano temporal.
El mito de las horas perdidas que no dormimos es cierta, nunca más las recuperamos y comenzamos a sufrir dolores físicos, de cabeza y nos avocamos al consumo del tabaco, café, bebidas alcohólicas y de una ansiedad injustificada. Hay estudios que dicen que cuando dormimos nuestro cerebro sigue aprendiendo y podemos mejorar nuestra memoria en un 20%, porque el cerebro hace relaciones de los nuevos conocimientos con otros recuerdos o capacidades que nos caracterizan.
Además, mientras dormimos la información que recibimos durante el día la almacenamos o la desechamos y nos recuperamos mental y físicamente para estar aptos para aprender nuevos conocimientos al día siguiente.
¡A dormir se ha dicho!