(vía Jodi)
Quién no está de acuerdo que las tecnologías son un desastre para la vida amorosa. Hay tantas redes sociales como perfumes en Francia. Y nada peor que darte cuenta a través de éstas, que te están cagando, que no te están pescando, que te están mintiendo, etc.
Estos medios se vuelven el motivo principal de tu colon irritable, de la migraña, del mal genio. Cuando pillas algo que no te gusta, te produce un estrés o sufrimiento quizás innecesario.
Echo de menos cuando llamabas al mino que te gusta a la casa. Tenías dos opciones: estaba o no estaba. Si le importai, te devuelve el llamado, si no, no te pesca. Nada más que hacer o entender. Hoy te das cuenta que lo llamas a su celular y que no te quiere contestar. ¿Cómo? Porque twittea desde su blackberry, sube fotos a “cargas móviles” y comenta en facebook mientras lo llamas. Qué lindo. ¿Y cómo te sientes? Como el poto. Por lo menos antes tenías la esperanza que tuviera su celular en silencio o que estuviera durmiendo. Hoy, no hay espacio para dudas.
Sobre todo porque los jóvenes son multitasking y tú sabes, porque has estado con él, que pasa todo el día pegado a su celular. Lo revisa cada dos segundos. Entonces la chiva de la batería o que no lo escuchó, es cero creíble.
Y lo más terrible de todo, es que te sigues enterando de toda su vida por facebook, porque somos tan masoquistas, que no somos capaces de cerrarlo por sanidad mental. Estas redes sociales sacan lo peor de ti. Tu lado psicópata. Sobre todo cuando te encuentras una foto de él pinchando con otra niña. La cosa es clara, simplemente no te pesca. Así que, paremos con la autotortura por fa!