La violación siempre ha sido un tema terrible y presente en cualquier país del mundo. Para mí, es donde se revelan los instintos más bajos del ser humano. Donde sale su completa naturaleza animal.
El tema ha sido tan controvertido y cuestionado, que los avances de la tecnología han permitido una pequeña luz de esperanza para nosotras. En Sudáfrica una doctora quedó tan choqueada con una paciente abusada, que tomó al pie de la letra su balbuceo: "si sólo tuviera dientes abajo" y creó el "Rape-aXe [en inglés, violación-hacha]".
Una vaina de látex que se inserta en la vagina igual que un tampón y que, en caso de penetración, atrapa al pene gracias a dos ranuras interiores dentadas causando un agudo dolor e imposibilitando el movimiento. El malestar que sufre el agresor, permite que la víctima escape o pida ayuda.
De hecho, mientras el violador tenga el condón puesto no podrá orinar y caminará con dificultad. Sólo podrá desprenderse de él por medio de una pequeña cirugía, que le obligará asistir a un centro médico, facilitando su identificación y detención.
En caso de querer sacarse el “condón con dientes”, el aparato se contraerá, acentuando significativamente el dolor. Esperemos que esta tecnología llegue luego a Chile y por supuesto, a un precio moderado. Incluso, al igual que la píldora del día después, podría ser repartida en un servicio de salud pública.