¿No les pasa que andan ansiosos por un día bonito entre tanto día gris? Bueno, yo espero ávida la primavera. La luz, los pajaritos, los loritos, los colores, las hojas, los árboles floreados, el olor dulce, la brisa tibia, pero no el polen. Ahí sí que estamos mal. Lo único que no me gusta de su llegada, es la alergia horrible que provoca. Algo muy común entre septiembre y mediados de marzo.
Me pica la nariz, me lloran los ojos y los estornudos me hacen invivible esta época. La culpa la tienen los plátanos orientales con sus frondosas ramas. Se meten por todas partes, sobre todo, en las vías respiratorias, provocando esa sensación de malestar. Ellos y el polen, pueden contarse como los principales causantes de nuestras molestas alergias.
Al hablar de alergias, me refiero a un conjunto de síntomas causados por una respuesta inmune a sustancias. Tales como la congestión nasal, el lagrimeo, el picor nasal, la tos o la dificultad para respirar.
Las alergias generalmente, suelen aparecen en la niñez y adolescencia, pero pueden surgir en cualquier momento de la vida, tanto en hombres como en mujeres, aunque no se hayan padecido nunca. Todo depende de la susceptibilidad individual y también de la exposición al agente que provoca alergia.
A cuidarse del polen y de los plátanos orientales entonces, ya que las irritaciones que ellos nos producen, pueden ser muy molestas. ¡Pañuelitos vengan a mí!