La vida sin celos

Desde pequeño, siempre escuché a mis amigas, vecinas, primas y compañeras de colegio decir que lo peor que puede tener un pololo es ser demasiado celoso. No confían en las cosas que ellas les cuentan, cualquier nombre nuevo que oyen les parece sospechoso, y cuando salen muchas veces seguidas con la misma amiga ellos creen que es para ocultar una infidelidad. Las razones son miles, pero nunca las he entendido. No soy celoso, porque no tiene sentido.

Cuando te gusta una mujer, es la más linda a tus ojos y, probablemente, a los de varios otros hombres, y es normal. Me parece una tontería esa actitud paranoide que ciertos hombres tienen cuando alguien mira o no a tu polola, o si un tipo se acerca a cortejarla. No creo que las mujeres necesiten un representante legal que entregue comunicados oficiales a los distintos personajes que las cortejan; se las arreglaban bastante bien mandándolos a volar antes de conocer a sus actuales pololos.

No obstante, siempre estoy pendiente de lo que pasa en el entorno de una chica con quien estoy saliendo, porque me preocupo por ella y quiero que se sienta protegida sin limitar su libertad, así que le hago saber que puede contar conmigo cuando algún hombre se le acerca de forma insistente y ella se siente incómoda.

Algunas amigas me han dicho, sin embargo, que debería ser más celoso, porque a las mujeres les gusta que los hombres se muestren posesivos, sin caer en el exceso. Francamente, no entiendo que alguien pueda disfrutar una dinámica así. ¿Qué opinan ustedes?