El año pasado, Clint Eastwood, el vaquero por excelencia, el hombre más hombre de los 70's, el último rudo, le dijo a la revista Esquire que estábamos viviendo en un mundo de mamones. Katherine Miller, una periodista, se agarró de los dichos de Eastwood para señalar que claramente estábamos en medio de la generación de hombres más sensibles de los últimos años.
Demasiados Michael Cera, muy pocos Jon Hamm. Los nuevos hombres tienen tantos sentimientos como una mujer y aunque a algunas eso es indicio de ser mejor persona, para varias también significa un reajuste a sus formas de actuar frente al emo-hombre, que para sorpresa de muchas, quiere hablar de sus sentimientos, es capaz de llorar (públicamente) si lo patean y tiene amigas que no se quiere agarrar.
No voy a generalizar en un tema que puede poner en contra a tanta gente - hombres sensibles: si o NOT - ni abanderizarme por un lado o por otro, porque encuentro que la mezcla del macho y el hombre emo serían la combinación perfecta. A nadie le gusta un insensible que te trata pésimo; o que no es capaz de decirte qué le pasa. Pero no creo que a nadie le guste un llorón romántico, indeciso y sensible que tiene ganas de contártelo todo. Sin embargo, es lindo que cada día existan más tipos dispuestos a hablar en vez de gruñir cuando les preguntas qué está pasando por su cabeza. Descoloca un poco, pero creo que hay que acostumbrarse a esta nueva forma.