Ayer se cumplieron 7 años de la muerte de unos de los cantautores más talentosos de los 90's. Elliot Smith tuvo un carrera corta, pero sumamente intensa y marcada por su vida personal. Aunque creció en Texas, su ciudad de nacimiento era Nebraska, desde donde se mudó cuando sus papás se separaron y su mamá se casó con un hombre que lo maltrataba todos los días y para el cual escribió varias canciones.
Con una guitarra, compuso sus primeros acordes, para luego sumarse a bandas indie durante su adolescencia. Desde que vino el salto definitivo en su carrera como solista, con el disco Roman Candle, siempre estuvo esperando que lo echaran del sello en cualquier momento. Pero las cosas por fin le salían bien; en 1995 lanzó uno de sus discos más profundos y melancólicos, Either/Or, con el cual ganó el aprecio de la crítica y los fans, y lo llevó a que el cineasta Gus Van Sant y el actor Matt Damon lo eligieran para componer la banda sonora de la exitosa película Good Will Hunting, donde se incluye una de sus canciones más bonitas, Miss Misery. Por esta canción fue nominado a los Oscar, presentándose en la premiación acompañado sólo de una guitarra, pero perdió frente a la banda sonora de Titanic.
Para 1998, Elliot cayó en una profunda depresión, agravada por el alcohol y las drogas. Pero no fue impedimento para lanzar dos de sus discos más fundamentales, XO y Figure 8, los cuales nuevamente fueron aclamados por la crítica. El último disco en el que trabajó nunca se concluyó totalmente. From a basement to the hill fue interrumpido por el propio Smith cuando su productor tuvo la intención de ayudarlo a dejar las drogas. Elliot consideró esto una intromisión en su vida privada y pidió a su disquera liberar la producción, incluso amenazando con quitarse la vida si no le devolvían los derechos.
Al poco tiempo, Elliot Smith cumplió su promesa y de dos certeras puñaladas autoinfligidas, se suicidó en el año 2003, dejando un disco sin terminar y una gran cantidad de canciones que sólo vieron la luz años después.